Jorge Adalberto Camacho tiene 70 años y puede presumir que fue de las personas privilegiadas que tuvieron la oportunidad de ver en ejecución y conclusión las obras de construcción del Metro.
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Hoy, este medio de transporte cumple 50 años y continúa siendo el lugar de trabajo de Camacho, quien se desempeña como inspector jefe de estación.
“Mi primer contacto con el Metro fue haber entrado al departamento del Distrito Federal en la supervisión de la obra del Metro, a cargo de ICA y filiales de todo tipo de trabajos... el tipo de colados que se realizaban, que fueran con el cemento exacto para darle la resistencia a la estructura que se pedía”, detalló.
Camacho, como se le conoce entre sus compañeros, relató que al ver la primera plana de un periódico en donde se veía el boceto final del Metro, que en ese entonces correría de Chapultepec a Zaragoza, sintió emoción y deseos de pertenecer a ese lugar.
Detalló que “había filas enormes” de jóvenes para entrar al STC y es que las oportunidades de empleo en la ciudad eran escasas y cualquiera debía aprovecharlas; “batalle un poco para entrar, pero aquí estoy.
“Tuve que hacer una solicitud para que me contrataran, y tardé como dos meses en las entrevistas para trabajar aquí, porque eran unas colas enormes para que nos aceptarán. Ahí estaba el edificio en Luis Moya y Arcos de Belén, era de 11 pisos que en el 85 se derrumbó, ahí íbamos a hacer las entrevistas… Siempre ha sido escaso el trabajo en Ciudad de México, y más un trabajo como este”, sostuvo.
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Y en medio siglo, Camacho quien también es conductor, ha visto de todo en esta ciudad subterránea, desde luchar para evitar ser arrollado por un convoy hasta atropellar, a la edad de 38 años, a una persona en la estación Sevilla.
“Arrollé con un tren cuando llevaba la conducción, fue algo muy impresionante, porque por la velocidad que va el tren no lo puedes detener tan rápido como quisieras, y eso me impresionó mucho. La impotencia de no poderlo parar y salvar a la persona que estaba en las vías, ella fue la que se arrojó”, explicó.
Jorge se retirará de las instalaciones este año y asegura que extrañará realizar labores a diario, “pero ya es necesario irme a descansar y estar libre de un horario, y de la tensión nerviosa”.
—¿Qué va a hacer, ya lo tiene planeado?
—Me voy a pasear, ya trabaje muchos años, voy a disfrutar a mi familia. Por el trabajo no disfrute a mis hijos tanto como ahora lo hago con mis nietos, pero no me arrepiento, lo saqué adelante.
RLO