Héctor Gutiérrez cortó la única oreja y fue bajo el agua

Debido a la lluvia se suspendió la quinta y última novillada de esta etapa; solo se lidiaron dos novillos.

Jesús Zárate
Guadalajara /

Dice uno de los refranes taurinos más conocidos que “no hay quinto malo”, y pues habría que tomarlo con reservas en esta ocasión. En buena parte el adagio se cumplió, ya que fue en la quinta y última novillada de esta etapa en la que se cortó la única oreja. Ningún otro novillero había logrado antes cosechar algún trofeo, los más destacado habían sido percances de diversas dimensiones. Pero también la quinta novillada trajo consigo una lluvia fuerte y pertinaz que impidió que siguiera la tarde, tras haberse lidiado apenas dos ejemplares. 

Y hablando del ganado hay que señalar que los dos astados que saltaron al ruedo, procedentes de San Martín, cumplieron buena lámina y presentación. El primero presentó complicaciones, y el segundo mostró calidad en la embestida. 

Abrió el corto festejo André Lagravere, mejor conocido como el “Galo”. Si bien con el capote, pudo hacer, con la muleta enfrentó una embestida incierta y complicada, probablemente consecuencia de una pésima brega con la capa durante el tercio de banderillas. El “Galo” anduvo ligero de piernas, sin confiarse, y mucho lograr algo relevante. 

Llegó el turno para Héctor Gutiérrez, de Aguascalientes. De inmediato produjo verónica de gran calidad, que por desgracia después fueron acompañadas de un aguacero. 

Héctor tomó la muleta bajo la fuerte lluvia y la presencia de grandes zonas encharcadas en el ruedo. Aquello fue una demostración de agallas, no hubo tandas del toreo largo y templado que tanto gustan estos días. Había una hazaña en el ruedo que no estuvo exenta de muletazos de calidad, pero lo más sobresaliente fue una estocada certera y bien colocada. La oreja fue el premio a su entrega. 

Fue después de eso que el juez Arnulfo Martínez anunció por el altavoz que “esperaremos el tiempo pertinente para regresar”, ese tiempo se transformó en palabras del propio juez cuando expresó en el patio de cuadrillas “siendo las 6:20 de la tarde se suspende de manera definitiva la novillada”, con lo cual el tapatío Arturo se quedó vestido de luces y con ganas de torear, lo mismo que le ocurrió el pasado 16 de septiembre cuando la novillada no se realizó por otra lluvia, vaya suerte.

GPE

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