La necesidad es la madre de la inventiva, asegura José Ángel Saucedo Aguilar, egresado, docente e investigador de la universidad La Salle Pachuca en el área de Mecatrónica, quien ante la demanda de equipo médico y ventiladores mecánicos que fungen como pulmones artificiales derivado de la pandemia por covid-19 y la saturación hospitalaria, ideó una “válvula de oxigenación” que permitiría duplicar la atención de pacientes que padecen del cuadro producido por el virus SARS-COV-2.
Como consecuencia del incremento de casos de este padecimiento respiratorio, apuntó Saucedo Aguilar, escasea el equipo médico para su tratamiento, como es el caso de los ventiladores mecánicos que utilizan los nosocomios para mantener la oxigenación de un paciente, por lo cual generó una solución paliativa para brindar mayor oportunidad de atención a quienes padecen este cuadro.
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“La idea surge derivado de mi trabajo, automatizo edificios y creo sistemas de aire acondicionado automáticos, en esa labor trabajo con muchas válvulas que distribuyen el aire, lo regulan para acondicionar las áreas del edificio que se van a automatizar; como parte de mi labor y estudio sigo paginas en redes sociales donde comparten algunos datos y especificaciones del área de ingeniería de diversos equipos, incluidos los médicos”.
“Cuando nace la pandemia inicia, prácticamente al mismo tiempo, la insuficiencia de recursos hospitalarios y con ello la muerte de los pacientes por no ser atendidos en tiempo y forma, en estas paginas de ingeniería comenzaron a compartir códigos de programación, circuitos eléctricos y electrónicos para que quien tuviera los recursos pudiera ensamblar un ventilador mecánico y contribuir al combate de la pandemia”, relata.
Su primer intento fue buscar construir un ventilador mecánico completo; sin embargo, la falta de materiales debido a que muchos son de origen extranjero y la restricción en la importación de los mismos truncó dicha intención, por lo que buscó generar otra alternativa, una válvula que permita que un equipo médico atienda a dos pacientes sin el riesgo de que reciba menor cantidad de oxígeno del que requiere para su tratamiento.
“Realizar una válvula que pueda dividir el aire que genera ese ventilador mecánico a dos personas, consulté con especialistas, médicos que trabajan en primera línea porque una válvula simple no es viable, cada paciente tiene características físicas distintas y requiere de un flujo de oxigenación distinto; por ello se modificó el diseño original, cuando se divide en dos la válvula, por lógica se divide en 50 por ciento la cantidad de oxígeno que recibe el paciente”.
“Rediseñamos los diámetros de las tuberías para conservar ese flujo de inyección y tener un flujo de oxígeno adecuado; además consideramos una salida que pudiera regularse, porque si un paciente necesita 6 litros por minuto de oxigenación y otro sólo 3 litros por minuto, se puede cumplir con esa función de tal manera que una parte sale el flujo tal cual entra de este pulmón artificial y por otra parte puede regularse de acuerdo a la necesidad de cada paciente”.
Ángel Saucedo destaca que este proyecto no tiene ningún fin de lucro, sino que pretende dar una opción a los pacientes de covid-19 para ser atendidos ante la saturación hospitalaria que mantiene el país, “jamás va a sustituir un ventilador mecánico, pero estamos viendo que no hay recursos hospitalarios para atender a los pacientes, y por lo menos queremos generar la opción para asistir a una persona adicional con un pulmón artificial como son estos ventiladores mecánicos”.
Patente y producción
Con la finalidad de evitar que este diseño de válvula de oxigenación se convierta en otro producto del que pueden sacar provecho industrias y explotar la necesidad de quienes padecen esta enfermedad, aseveró Saucedo Aguilar, se optó por registrar la patente ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) con el apoyo y respaldo de la universidad La Salle Pachuca, así como de su rectora María de Lourdes Lavaniegos González, misma que fue registrada en diciembre de 2020 y esperan su aprobación.
“El proyecto ya está registrado ante el IMPI, no se hace con afán de lucro sino para proteger su mal uso, como lo que vemos con tanques de oxigeno, que se dispara su costo hasta res veces, esto nace de la necesidad y para cubrir este apoyo a los pacientes, no para lucrar o jugar con ello. Por esa razón nace que se proteja de esa manera y registrarla ante el IMPI y poder así decidir el funcionamiento, distribución y producción de la válvula”, apuntó.
En cuanto al costo y la producción de la misma, su desarrollador confesó que no puede estimarse el costo total hasta que el IMPI emita un diagnóstico de la solicitud de patente, el cual se puede estar listo entre finales del mes de febrero y principios de marzo; pero se prevé que se manufacture a un costo muy bajo, esto para que se garantice un rápida producción y distribución.
Así también ya se sumaron los campus de La Salle en Torreón, Coahuila, y Cuernavaca, Morelos; se suman a la producción de esta válvula una vez que tengan luz verde de parte del IMPI, “a finales de febrero o inicios de marzo nos dijeron que tenían un diagnóstico del proceso, pero estamos listos para que si nos dicen que la válvula se puede manufacturar hoy, se empieza producir, cada una tiene un tiempo de elaboración, por muy exagerado, de 10 horas, es decir que en un día se pueden producir dos con un solo equipo muy limitado y pequeño de impresión 3D y de material PLA (ácido poliláctico), por lo que puede ser producida incluso por quienes tengan estos equipos, eso genera una capacidad de producción mayor”, añadió.
Finalmente, Ángel Saucedo refirió que este proyecto dista mucho de ser una solución al problema que ha generado la pandemia de covid-19, pero confía en que pueda coadyuvar en el tratamiento de los que padecen esta enfermedad y que puedan superarla, “sabemos que las estadísticas de pacientes intubados que salen adelante es baja, pero tenemos que hacer algo para que pueda colaborar o contribuir para que tengan oportunidad de recuperarse”.