Vigilante desde el cerro de Santa Apolonia se erige el llamado “Cristo Rey” de Pachuca, un monumento edificado para agradecer un “milagro” de parte del mesías de la religión católica-cristiana, el cual tardó cerca de 15 años en consumarse y tener esa figura que parece cuidar a la Bella Airosa desde lo alto de las nubes y la neblina que desciende del Corredor de la Montaña.
Corría el año de 1980, un grupo de trabajadores exhaustos después de una jornada de trabajo de 12 horas pretendía abandonar el subsuelo de la Mina de Paricutín, cerca de 15 a 20 hombres abordaron el elevador para llegar a la superficie, el llamado “malacate”, pero no imaginaron el pánico que estaba por llegar, el ascenso se interrumpió cuando el “malacate” se atascó; sin importar los esfuerzos de todos ellos la máquina no siguió adelante.
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Desesperados, y como cualquier ser humano en una situación de impotencia, buscaron ayuda y solución en la religión, “!Cristo Rey, si nos salvas te hacemos un monumento!”, gritó uno de ellos… y el “malacate” cedió, la maquinaría que sin importar sus esfuerzos anteriores se destrabó, ahora poco a poco ascendía a la superficie; este relato es sólo uno de los “milagros” que se le adjudican a esta efigie, la cual también se dice “cuida” de Pachuca desde lo alto del cerro de Santa Apolonia.
La imposibilidad financiera de los mineros para cumplir la promesa hecha al “Cristo Rey” los orilló a solicitar el apoyo del presbítero Alfonso Romero Ruiz, quien tocó puertas y corazones de los feligreses de la iglesia de San Francisco, directivos de la Compañía Real del Monte-Pachuca, así como de diversas instituciones públicas y privadas, el proyecto se financió por 15 años a través de una colecta, para ser una realidad en el mes de abril 1996.
Con 33 metros de altura, la edad de Jesús Cristo al morir, el monumento está construido en cantera queretana y guanajuatense; 23 metros constituyen el cuerpo del “Cristo Rey”, 10 más la base donde se tiene un mirador que regala panorámicas espectaculares de la capital de Hidalgo; para acceder al monumento a través de la “vieja” carretera Pachuca-Real del Monte, tramo de la carretera México-Tampico, a través de una desviación señalizada y a través de una carretera asfaltada.
La efigie del “Cristo Rey” de Pachuca, afirman habitantes de los barrios altos a las faldas del cerro, les brinda cierta tranquilidad: “es como un padre que observa y protege a sus hijos”; “me siento más tranquila desde que lo construyeron”; “desde la ventana lo veo y elevo mis oraciones”, comentan algunas personas. Incluso, desde la planicie, en el centro de Pachuca, se puede alzar la mirada hacia el cerro de Santa Apolonia, donde destaca esa imagen, omnipresente en la vida de Pachuca… vigilante, al mirarlo fijamente, para muchas personas y con una brisa de la Bella Airosa que mece las ramas de los árboles o mueve su cabello, dicen experimentar una intensa sensación de paz.
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