A 15 años de alud en Eloxochitlán, municipios fallan con Atlas de Riesgo

EDICIÓN FIN DE SEMANA

En el 2017, una gran parte de un cerro se vino abajo y un autobús quedó cubierto de tierra y piedras.

A 15 años de alud en Eloxochitlán | Andrés Lobato
Apolonia Amayo y Elvia García
Puebla /

La mañana del 4 de julio de 2007, un autobús del transporte público quedó sepultado ante el desgajamiento de un cerro en la ruta Tehuacán-Sierra Negra, en el municipio de San Miguel Eloxochitlán. El saldo fue 30 personas muertas, hecho que marcó a toda la población y que expuso la necesidad de que los ayuntamientos analizaran su condiciones geográficas para conocer zonas propensas al peligro.

Años después, en marzo de 2022, el Congreso local aprobó una iniciativa para obligar a los ayuntamientos a que cada año actualicen sus Atlas de Riesgo, con el fin de afrontar fenómenos naturales, sin embargo, solo 38 de los 217 municipios cuentan con un dicho documento, es decir, 17.51 por ciento. No obstante, aquellos que tienen su atlas no lo han actualizado, reveló el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim).

En entrevista con MILENIO Puebla, Eloísa Rodríguez, testigo de la tragedia de hace 15 años, narró cómo un militar permanecía cerca del autobús que, prácticamente, resultó compactado por el alud que lo cubrió de tierra y piedras. Los rescatistas lograron sacar el cuerpo de una niña de no más de diez años, el cual fue recibido por el militar y lo llevó hasta donde estaba el resto de cadáveres.

Estas imágenes siguen en la memoria de Eloísa Rodríguez Zamora, quien señaló que el autobús había salido de San Miguel Eloxochitlán alrededor de las 6 horas. Sesenta minutos después, cuando pasaba por la comunidad de Zacacuapa, una gran parte del cerro que ya advertía ser peligroso se vino abajo y el autobús quedó cubierto por decenas de toneladas de tierra y piedras.

Este accidente de inmediato se dio a conocer en el municipio, ya que un hombre que llegó tarde para abordar el autobús le pidió a un amigo que con su camioneta le dieran alcance porque se dirigía a Tehuacán y pudo ver cómo el cerro se venía abajo.

Eloísa Rodríguez refiere que en el lugar del siniestro observó la gran cantidad de tierra que se había desplazado. Parecía imposible sacar el autobús que en un inicio presuntamente transportaba a 50 personas, pero después se dijo que 40 sin que se pudiera llegar a una cifra exacta ante la conmoción de rescatar a los pasajeros.

La desesperación creció a tal grado que con su manos y cubetas, los pobladores empezaron a retirar las piedras y tierra, pero eran toneladas de rocas. Conforme pasaba el tiempo, la esperanza de rescatar a alguien con vida se desvanecía.

Por la magnitud, poco después del mediodía y a bordo de un helicóptero llegó el entonces gobernador Mario Marín, acompañado por mandos del Ejército mexicano ý personal de Protección Civil. Los reclamos no se hicieron esperar ante la denuncia de falta de interés del gobierno por no atender los reportes de las condiciones del cerro, lo cual ya había sido notificado a los funcionarios.

La respuesta de Marín, sobre “si era su culpa el que se haya derrumbado”, molestó a la población por la falta de sensibilidad. Por la tarde, llegó una retroexcavadora y comenzó retirar tierra y piedras. En el sitio también intervinieron elementos del 24 Regimiento de Caballería del Ejército mexicano. Realizaron un cerco perimetral con piedras para evitar que el cerro siguiera con el desgajamiento y complicara las labores de rescate.

Al caer la noche se rescataron los primeros cuerpos ya sin vida que quedaron atrapados en el autobús. La tragedia enlutó a muchas familias de San Miguel Eloxochitlán, pues hubo quienes perdieron a su esposa, hermanas e hijos, para un total de 30 víctimas mortales.

Las autoridades municipales de San Miguel Eloxochitlán señalaron que meses antes habían advertido los riesgos, se habían entregado escritos a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que indicaban que el cerro estaba fracturado y el riesgo de un derrumbe era latente, pero sus alertas fueron ignoradas.

Pocos Atlas de Riesgo

En marzo de este 2022, el Congreso local avaló la iniciativa para que los ayuntamientos actualicen cada año su Atlas de Riesgo para afrontar fenómenos naturales, sin embargo, solo 38 cuentan con un dicho documento, reveló el Igavim.

La presidenta de la Comisión de Protección Civil, Tonantzin Fernández Díaz, presentó la iniciativa para reformar la fracción VI del artículo 30 y la fracción X del artículo 63 de la Ley del Sistema Estatal de Protección Civil.

De acuerdo con el análisis “Riesgos y peligros regionales por fenómenos naturales y antrópicos” del Igavim, de los 38 municipios con Atlas de Riesgo, el más actualizado corresponde a San Martín Texmelucan con fecha de octubre de 2018, mientras que el más rezagado es el de Huauchinango de 2010.

Otra de las demarcaciones con su Atlas de Riesgo rezagado son: Tochimilco, Tecamachalco, Santiago Miahuatlán, San Andrés Cholula, Ocoyucan, Esperanza, Chalchicomula de Sesma y Ajalpan, en 2011. Las demarcaciones con Atlas de Riesgo más actualizado con fecha 2016 son Atlixco, Cuautlancingo, Huejotzingo, y Tianguisminalco.

Puebla, segundo estado con mayor número de atlas

De acuerdo con el número de municipios con Atlas de Riesgo, en jerarquización, Estado de México ocupa el primer lugar con 125, seguido de Puebla, con 38; en tercer lugar Oaxaca, con 37; cuarto peldaño Veracruz, con 35; quinta posición Michoacán, con 27; seguido de Chiapas, con 20; y Nayarit, con 14.

Sin embargo a la jerarquización porcentual según el total de municipios con Atlas de Riesgo en cada entidad, Estado de México de nueva cuenta en primer lugar con 125, seguido de la Ciudad de México, con 16; Colima, con 10; y Baja california Sur, con 4.

Dentro del análisis el Igavim indicó que en inundabilidad resaltan los municipios de Huejotzingo, Izúcar de Matamoros, Tulcingo del Valle, Acatlán y en algunos de la región Tehuacán y Sierra Negra. También se identificaron diferentes tipos de contaminación que se originan en el agua por bacterias fecales y destaca la región de Angelópolis, Valle de Atlixco y Matamoros y la Mixteca.

En el caso de contaminación por residuos sólidos urbanos, 19 sitios fueron considerados como de alto riesgo, sin embargo, ante la pandemia por covid-19 incrementó la cantidad de residuos por el uso de cubrebocas y otros insumos que no han tenido correcta disposición.

Sin cultura de la prevención: diputada

En entrevista con MILENIO Puebla, la presidenta de la Comisión de Protección Civil del Congreso local, Tonantzin Fernández, señaló que tras aprobarse el dictamen, la cifra de municipios con la actualización de su Atlas de Riesgo aumentó, aunque la Secretaría de Gobernación sigue el análisis para dar el número exacto.

Detalló que la iniciativa obliga en Puebla a las autoridades a actualizar su Atlas de Riesgo de manera anual, lo cual es necesario, pues en otras legislaturas ya se contaba con dicho dictamen, aunque este era por seis meses o hasta dos años.

Comentó que este proceso no es caro para los ayuntamientos, más si realizan el ejercicio cada año, y con ello podrán dar a conocer a sus pobladores los riesgos latentes que se tienen en su demarcación, además de crear políticas públicas en materia de cultura de prevención.

“Con un Atlas de Riesgo se pueden conocer los riesgos latentes de sus municipios, puedan crear políticas públicas y difundir los riesgos que tienen en cada área, además de generar una cultura de prevención, donde sabrán cómo actuar en caso de un sismo, un deslave, inundación. Recordemos que Puebla es un estado con muchos riesgos, evidentemente conocerlos podrá prevenir alguna contingencia”, apuntó.

Reconoció que si bien la iniciativa no cuenta con una sanción, no descarta que en una segunda etapa se puede añadir una multa administrativa, aunque sería más “una sanción moral”.

Explosiones, socavón, inundaciones, entre las tragedias

Para la morenista, los poblanos han tenido que afrontar fenómenos naturales como el socavón que se formó en Santa María Zacatepec, en Juan C. Bonilla, así como emergencias que se pudieron haber evitado como las explosiones de ductos en San Martín Texmelucan y en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, Puebla.

El 31 de octubre de 2021 se registró una explosión de una toma de gas clandestina en Xochimehuacan, y en diciembre de ese año, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que cumplió órdenes de aprehensión contra tres personas por su presunta implicación en el hecho que dejó cinco muertos y decenas de heridos.

En tanto, el 24 de noviembre vecinos de San Martín Texmelucan reportaron una explosión en el centro del municipio, tras una perforación de 50 centímetros de diámetro a un ducto de gas. En mayo de 2021, se detectó un socavón en Zacatepec que afectó a familias, pues perdieron su casa por el hundimiento, así como a trabajadores del campo. Por último, en enero de 2022, se registró una caída de granizo en San Sebastián Villanueva, Acatzingo, que dejó daños a más de 30 viviendas y cultivos.

AFM

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