Caminando bajo la pertinaz lluvia y sin que los charcos fueran un obstáculo, Armando, quien viene de Zacatecas a trabajar para vender fruta de temporada, dulces de membrillo, cajeta y quesos, recorría empujando una carretilla con los productos expuestos a la tempestad por las calles de Francisco I. Madero.
Algunos de sus productos iban tapados para que el agua no los estropeara, pero la fruta exhibía una capa de gotitas de lluvia que las hacía lucir más apetitosa. Muy amable pero con cierta prontitud, el joven dijo que para estas fechas llega a Francisco I. Madero en compañía de otras personas para vender los productos que trae precisamente de Zacatecas.
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Es fruta seleccionada porque tiene buen tamaño, color y frescura; por ejemplo la guayaba amarilla es de buen pesaje y se vende por sí sola. Los racimos de uva se antojaban, la cajeta, el queso y los demás productos también, más cuando la gente sabe de donde proceden, ya que tienen un sabor muy particular.
Armando dijo que precisamente este jueves estarían regresando a su casa, donde lo espera su familia tras cerca de una semana de trabajar en las ventas por estas tierras.
“El jueves ya se cumplen cinco días de estar aquí y pues hay que retornar para llevar dinero a la familia”, manifestó.
Respondió que toda la mercancía la trae de Zacatecas, por la cual invierte alrededor de 2 mil pesos, de los cuales saca una buena ganancia que lo motiva a regresar de nuevo. La carretilla con la mercancía llama la atención, ya que los colores que la visten atrapa a las personas a su paso.
Cuando se sabe de qué productos se trata, la gente le hace la parada, es la forma en que Armando va acomodando la mercancía.
“La gente se acerca y uno le da un buen precio se llevan de un cuarto, medio o hasta un kilo”, refirió.
En esta ocasión, la lluvia no fue impedimento para la comercialización de su mercancía pues tiene hasta el jueves para tratar de vender lo más posible.
GERR