"Una pulpa de carne me dura toda la semana"; la realidad de los mercados de Tampico

Héctor Delgado y es un locatario de 85 años que narra lo difícil de seguir vigente en los mercados temporales.

Comerciantes del mercado de Tampico. (Yazmín Sánchez)
Jesús Alberto García
Tampico /

El ejemplo más claro del dicho “uno cosecha lo que siembra” se llama Héctor Delgado y es un locatario de 85 años en el mercado municipal de Tampico.

En 1958 comenzó a trabajar en el mercado como ayudante en la carnicería propiedad del señor Pedro Bruna como ayudante, después aprendió a deshuesar y filetear. Con el paso del tiempo llegó al negocio “La Guadalupana”, en donde duró muy poco.

A principios de los sesentas don Héctor llegó a la carnicería “La Reforma”, en donde se consolidó como locatario y perfeccionó todo lo referente al negocio.

Héctor Delgado y es un locatario de 85 años en el mercado municipal de Tampico. (Yazmín Sánchez)

Casi en los años setentas, el locatario tuvo la oportunidad de comenzar a labrar su propio legado en dicho espacio comercial en Tampico, al adquirir la carnicería en la cual comenzó a trabajar ya hacía algunos años, incluso, inició a cotizar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Con el sudor de su frente, de no tener un patrimonio propio, logró sacar adelante a seis hijos “de los cuales me quedan vivos cinco, uno ya falleció”, pero ahora la estancia en la zona temporal de los mercados ha sido un martirio, relató el comerciante.

“No vendo nada en el día, las personas no vienen hasta acá (por la nave cuatro y cinco) se quedan en los negocios de enfrente, por eso una punta de pulpa me dura hasta una semana”.

​Sabe que se acerca el momento de la mudanza, pero don Héctor, visiblemente cansado, está seguro de que él ya trabajó lo suficiente, ahora el siguiente paso es lograr la certeza jurídica en el nuevo espacio y dejarlo a uno de sus hijos, al menor de todos, para que le de seguimiento al patrimonio familiar.


“Yo creía que nunca lo acabarían”



Con 64 años de edad, la señora Rosa Sánchez Cruz conoció el local en las nuevas instalaciones mercados municipales, las cuales son diferentes a todo lo que había visto desde la década de los setentas, el momento en el que llegó.

Pendiente de su local en la denominada zona temporal, en el sitio prestado por Ferrocarriles Mexicanos, hay comensales que disfrutan de la comida corrida del negocio “Café Alejita”, el cual se ha convertido en un ícono de la zona y un espacio en el que los trabajadores de las empresas de la zona acuden a almorzar o comer.

Rosa Sánchez Cruz, comerciante del mercado municipal de Tampico. Yazmín Sánchez


“Comencé a trabajar en los setentas, no me acuerdo cuántos años tenía, pero inicié como responsable del establecimiento, era el Café Alejita”, contó la comerciante, que se mantiene feliz y con ánimos de salir adelante.

Conforme pasaron los años el gusto por el mercado hizo nacer el deseo por emprender, por ser la dueña de su propio establecimiento en una ciudad de oportunidades como lo es Tampico.

“Un pariente mío que estaba en Matamoros me dijo que si quería comprar el local me prestaba el dinero, como había ido a Estados Unidos a trabajar, se dio la oportunidad, por eso compré el Café Alejita”, recordó Doña Rosa o Alejita, como es conocida por los rumbos de los mercados.
“Por un momento, en todos estos cinco años que hemos estado esperando, pensamos que nunca iba a quedar concluido el nuevo local”,


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