“No pierdo las esperanzas de ir a cascarear”: El Indio

Martín “El Indio”, aprendió el oficio de zapatero hace aproximadamente siete años, desde entonces se ha hecho de muchos clientes para que repare calzado.

“No pierdo las esperanzas de ir a cascarear”: El Indio
Sergio Sánchez
Ciudad Madero /

A las siete de la mañana, Martín Hernández Soberanes, sale de su hogar acompañado de su esposa, María Isabel, ambos lo hacen en un silla sobre ruedas, pues la poliomielitis que de niño le dio le dejó secuelas, sin embargo, eso no lo ha imposibilitado para salir adelante día con día.

Martín “El Indio”, como le llaman sus amigos, aprendió el oficio de zapatero hace aproximadamente siete años, desde entonces se ha hecho de muchos clientes para que repare calzado. Entre suelas, tacones, plantillas y su inseparable silla de ruedas, dice que muchos se van satisfechos con lo que realiza ahí en la plaza de la colonia Las Flores de Ciudad Madero, cerca de la Iglesia.

“Es como todo, hay clientes satisfechos, otros no tanto pero ante todo, uno tiene qué pulirse día con día”.

El recorrido que hacen para llegar a su área de trabajo, es aproximadamente de 800 metros, tramo que no es nada para él pues afirma que la vida le ha puesto mayores pruebas las cuales ha superado con fortaleza y dignidad. “Mi discapacidad se debe a secuelas de la polio. Yo vivía en un rancho en San Luis Potosí, salir de ahí para el servicio médico era difícil, entonces no se me vacunó contra la polio y a los seis meses de nacido me pegó la polio y desde entonces estoy así”.

Mientras repara unos tenis, Martín sigue platicando sobre las experiencia que ha tenido en su andar por la vida.

“Duré años para tener mi primera silla de ruedas.

Fue hasta los catorce años cuando la tuve cuando llegué a Tampico, ya era yo un joven, gracias a Dios me echaron la mano.

Muchos años después conocí a un grupo que practicaba el deporte en silla sobre ruedas en Tampico, me invitaron a participar con ellos y gracias a Dios duré once años consecutivos con el equipo que fue campeón estatal de baloncesto sobre silla de ruedas.

Desgraciadamente el equipo se deshizo y paré de jugar pero no pierdo las esperanzas de ir a ‘cascarear’ un día de estos con la raza que actualmente está activa”.

Una de las luchas que se han tenido siempre las personas que se desplazan en la ciudad sobre una silla sobre ruedas, es tener espacios dignos y que sean respetados por los ciudadanos, al respecto, Hernández Soberanes, dice que “es como todo, hace falta mucha cultura para el respeto de la gente con capacidades diferentes.

Por ejemplo, aquí cerquita de nuestra casa hay una tienda de autoservicio que no tiene rampa, batallamos mucho para entrar a la tienda, hay días que, aunque necesitamos algo no entramos por la dificultad de subir con la silla”

VLSS

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