Por contingencia sanitaria, hombre de la tercera edad solicita el respaldo de sus clientes para continuar con su oficio de reparación de máquinas de escribir. Hasta antes de la pandemia por el covid-19 le permitían el ingreso a los hospitales y clínicas para recoger el equipo. Desde entonces a la fecha solo suma dos mantenimientos.
Miguel Ángel Herrera Peña suma 52 de los 61 años de edad reparando máquinas de escribir. El oficio lo aprendió de su padre, Manuel Herrera Barrios, quien fuera el primero en la ciudad de Puebla en dedicarse a esta tarea. Su taller se encontraba frente al Congreso del Estado, en la avenida 5 Oriente133. Se llamaba “Antigua Casa Herrera”.
“Tengo más de 50 años al servicio de venta y reparación de máquinas de escribir, impresoras, sumadoras y máquinas electrónicas. Desde los nueve años de edad aprendí el oficio gracias a mi padre que me enseñó”.
Con los años, Don Miguel se independizó y abrió su propio establecimiento, el cual hace ocho cerró. “Se llamaba ‘AC Herrera’ y estaba en la nueve norte número tres”.
Comenta que las circunstancias lo llevaron a renovarse y contactar a sus clientes más frecuentes, los médicos, quienes le mantenían en activo. “Pero ahora ya no tengo trabajo y por ello buscó apoyarlos y que me apoyen”.
Él es diabético y por las complicaciones en su salud le amputaron una parte del pie derecho.
“Pero aquí estamos en casa esperando trabajar. Sé que esta tecnología es un poco obsoleta, pero confío en que mis clientes van a volver”.
Señala que está en la disponibilidad de que acudir si le hablan para ir por el equipo o de recibirlo en su domicilio, ubicado en la colonia Bugambilias.
“Estamos disponibles y nos adaptamos al horario del cliente. Empezamos a laborar desde las ocho de la mañana”.
Presume que cuenta con un stock de refacciones nuevas para cualquier tipo de máquina o modelo.
“Tenemos refacciones para todas las marcas, Olimpia, Remington, Smith Corona y Oliver, no importa si son modelos que ya están descontinuadas las dejamos como nuevas”.
Menciona que por su taller han pasado modelos Oliver de 1945 a 1955, este último año en que se descontinuaron.
Así como Remington de los años sesenta, que también se descontinuaron.
Cuenta que además de él, su padre les inculcó a dos de sus hermanos esta labor, siendo uno de ellos quien se quedó con el taller de la familia.
“Yo tengo tres hijos, todos varones, pero a ninguno le llamó la atención ni le gustó este ramo. Se dedican a otra cosa”.
Finalmente, para los interesados informa que le pueden contactar a través de los teléfonos móviles 2222043261 y 2223952450.