Cada 19 de febrero se conmemora el Día Internacional Contra la Homofobia en el Futbol, lejos de ser una celebración por la inclusión de este sector en el balompié mundial, es una recordatorio de la alineación que sufren los jugadores y jugadoras por su preferencia sexual, la cual nada debe interferir en su desarrollo como deportistas de élite, todo se origina en el año de 1990 cuando Justin Fashanu, futbolista de la Liga Inglesa, reunió el valor de reconocer su homosexualidad y le trajo severas consecuencias en una disciplina donde el machismo aún mantiene fuertes cimientos.
Fashanu comenzó su carrera en 1978 militando para el equipo de Norwich City, escuadra de la Primera Divisón de Inglaterra, ahora Premier League; tras varias temporadas en las que se lució, pasó a las filas del Nottingham Forest, quien pagó un millón de libras por él, siendo el pase el más alto de la historia (hasta ese momento) para un jugador de color en la Liga Inglesa; sin embargo, más allá de ser un gran futbolista, a su entrenador le molestaban los rumores sobre su homosexualidad, por lo que fue cedido a préstamo al Southampton. A partir de ese momento, comenzó a pasar por diversos equipos, entre los que figuran el Manchester City, West Ham, e Ipswich Town, en los que no logró asentarse, lamentablemente no por sus aptitudes futbolísticas, sino por los rumores que lo condenaban sobre sus preferencias sexuales.
En 1990, cansado de esquivar supuestos y con la idea de poner fin a los rumores, en una entrevista al diario The Sun, se transformó en el primer futbolista profesional en activo a nivel mundial en declarar abiertamente su homosexualidad; pero, el rechazo en el ambiente futbolístico fue condenatorio, se probó en el equipo de Newcastle, pero su Director Técnico, el argentino Osvaldo Ardiles, se negó a incorporarlo en su plantel de juego. Ya en el año de 1998, prácticamente retirado, un joven de 17 años acusó a Justin Fashanu de violación, la prensa tomó el hecho como real, sin condena firme de la justicia. Se constató que la acusación era falsa, pero la investigación no se divulgó, lo que llevó al jugador a una profunda depresión, Fashanu se suicidó el dos de mayo de 1998, en la ciudad de Londres.
"Me he dado cuenta de que ya he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis amigos y familia (...) espero que el Jesús que amo me dé la bienvenida y finalmente encuentre la paz”, dice la nota despedida que dejó; por ello y para que hechos como estos no se vuelvan a repetir, se celebra esta efeméride, buscando el fin de la discriminación por razones homófobas en el fútbol, y en el deporte en general.
¡Eeeeeh…. México!
Un grito de la afición mexicana en cada encuentro de futbol llama la atención a nivel mundial por diversas autoridades, no sólo la Federación Mexicana de Futbol (FMF), sino también la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) e incluso el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), pues se considera homófobo y discriminatorio, es el infame “Eeeeeh…”; expresión que apareció hace casi dos décadas en la liga del futbol local y saltó a la afición de la selección mexicana, que lo usa en los partidos internacionales.
La palabra en México tiene mucha historia, ha sido usada de manera despectiva para referirse a los hombres homosexuales, aunque algunos fanáticos aseguran que no se usa con esa connotación, “sino como una expresión que quiere decir que alguien no es valiente”, (pues también implica que una persona es cobarde), y que es parte de la ‘tradición’ futbolística”; pero otro sector de la hinchada manifiesta que siempre tiene una carga homófoba, aun cuando se asocie a otros significados.
Por ello la batalla del fútbol mexicano por erradicar este grito parece no tener fin, pues México acumula 17 multas desde el 2014, año en que la FIFA impulsó su cruzada para eliminar cualquier cántico discriminatorio y homófobo. Este grito empezó a escucharse en los estadios mexicanos a partir del año 2000, y la severidad de la FIFA frente a México intensificó el debate sobre el respeto de los derechos humanos y las preferencias sexuales en el deporte y sobre todo en las justas más importantes como el Mundial de Futbol que habrá de disputarse en Qatar, país anfitrión de la justa en este 2022; pues en diciembre pasado el presidente del comité organizador del Mundial, Nasser Al-Khater, dijo a la CNN que los aficionados de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero, Travestis, Intersexuales (LGTBI+) tienen garantizado su lugar en el Mundial, pero que “las demostraciones públicas de afecto están mal vistas”.
Una dura realidad para los futbolistas homosexuales
Aunque desde el año 1990, el futbolista inglés, Justin Fashanu, fue el primero del mundo en declarar abiertamente su homosexualidad, desde ese entonces, tanto sólo un par de otros futbolistas profesionales hicieron lo mismo; tal es el caso de Thomas Beattie, exjugador de fútbol profesional que desarrolló parte de su carrera en Canadá y Singapur, quien se declaró abiertamente homosexual el 23 de junio de 20202. En muchos casos de los pioneros, los deportistas solo hicieron pública su orientación sexual al corto tiempo antes retirarse de su carrera futbolística o una vez ya retirados.
Pese a esta situación desde el año de 1992 se creó la International Gay and Lesbian Football Association (IGLFA), institución que reúne a equipos de fútbol con jugadores homosexuales y lesbianas alrededor del mundo, de igual forma otras organizaciones internacionales, como la Federación Europea del Deporte Gay y Lésbico, incluyen al fútbol dentro de sus competencias. La IGLFA mantiene la intención de promover y aumentar el respeto y el entendimiento por parte del mundo no gay a través del fútbol, funciona como una red internacional que reúne a clubes de fútbol y promueve el entendimiento tanto físico como táctico del juego.
En América Latina, a comienzos de 2018 ya habían sido sancionadas las selecciones de Argentina, Brasil, Chile, México y Perú, por cánticos e insultos homofóbicos pronunciados durante las clasificatorias al Mundial de Rusia celebrado ese año, siendo calificados por las autoridades futbolísticas internacionales como “actos discriminatorios y antideportivos”. Ese mismo año, el futbolista francés, Olivier Giroud, reconocido “heteroaliado” en favor de los derechos de las minorías sexuales en este deporte a nivel profesional, declaró al diario Le Figaro que: “es imposible ser abiertamente homosexual en el futbol”, a lo que lo atribuyó a las burlas y presión social dentro del entorno futbolístico de ese momento.
El futbolista inglés, Troy Deeney, aseveró a la prensa en junio de 2020 que: “hay al menos un gay o bisexual en cada equipo de fútbol” y reveló la “preocupación” que tienen en revelar su orientación sexual o que sean descubiertos; en consecuencia, al mes siguiente, un futbolista activo que juega en la Premier League, hizo pública una carta de manera anónima a la prensa británica, en donde reveló su homosexualidad y lo “tormentoso” que resulta mantener su verdadera orientación sexual en secreto en su trabajo.
En febrero de 2021, más de 800 personajes de la Bundesliga alemana, que incluyó a jugadores y dirigentes, realizaron una campaña contra la homofobia en el futbol llamada “Pueden contar con nosotros” (Ihr Könnt auf uns Zählen en alemán), donde aparecieron públicamente en la revista futbolística 11 Freunde, sosteniendo un cartel de fondo con los colores de la bandera arcoíris, haciendo un llamado a todos sus colegas LGBT a no tener miedo por su orientación sexual.
Hasta la fecha sólo nueve jugadores profesionales de futbol manifestaron abiertamente su homosexualidad: Justin Fashanu de Inglaterra, Thomas Hitzlsperger de Alemania, Anton Hysén de Suecia, Robbie Rogers de Estados Unidos, Olivier Rouyer de Francia, David Testo de Estados Unidos, Collin Martin de Estados Unidos, Andy Brennan de Australia, y Josh Cavallo de Australia; en tanto, los árbitros profesionales de fútbol masculino que son abiertamente homosexuales son: Jorge José Emiliano dos Santos de Brasil, Jesús Tomillero Benavente de España, y Tom Harald Hagen de Noruega.