Rufo supo sobre su vocación de perro inspector cuando huyó una vez más de casa en el fraccionamiento Las Alamedas.
Carlos Rivera, su dueño, lo buscó incansablemente, sin éxito, pero su amigo tampoco supo regresar.
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El peludo fue a dar con una persona que lo mantenía atado al árbol de su domicilio, en la colonia Jardines de Atizapán, cerca de donde vivía; la gente indignada por el maltrato que recibía el canino, llamó a un albergue denominado “Comunidad Ecológica Itzcuintle”, localizado en Villas de la Hacienda, quienes lo rescataron.
Rufo era un Labrador retriever, le faltaba el ojo derecho, pero tenía un carácter amable y juguetón, por ello los administradores del albergue decidieron donarlo al Centro Nacional de Adiestramiento y Desarrollo de la Unidad Canina (CENADUC), del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), ubicado en Tecámac, donde supieron que sería un buen inspector.
En dicho lugar le cambiaron el nombre a “Morgan”, por su discapacidad visual; sin embargo, eso no le impidió ser uno de los mejores de la Unidad Canina del Senasica, asignado al Aeropuerto de la Ciudad de México.
El canino se encargaba de detectar productos y subproductos de origen animal y vegetal con su gran capacidad olfativa e inteligencia.
Llegó a Senasica en enero de 2012, y en marzo de ese año se inauguró la Escuela Canina de esta dependencia, en Tecámac, donde el entonces titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (Semarnat), instruyó a que Morgan permaneciera en el CENADUC como ejemplo en las demostraciones de trabajo de adiestramiento, y para comprobar que una discapacidad no limita la eficiencia.
El perrito fue reconocido por personalidades nacionales y extranjeras al participar en más de 50 exhibiciones ante embajadores de otros países, académicos de universidades, servidores públicos y demás personajes.
También hizo demostraciones de sus habilidades en eventos como la Gira PKE Alimentos y otras instituciones como la Expo Sagarpa.
En enero de 2017, Morgan fue “dormido” pues padecía cáncer, y en homenaje ahora lucen dos esculturas del peludo en el CENADUC y Senasica, de Tecámac.
Antiguo dueño lo encuentra
Carlos Rivera narró que el año pasado un vecino le dijo que había visto a Rufo en un reportaje televisivo y después de una ardua búsqueda en internet encontró el video.
El hombre habló a Senasica para comentarles sobre su sospecha de que Morgan era su perro, porque a los 3 años padeció de un glaucoma en el ojo derecho y el veterinario consideró que lo mejor era la cirugía para extraer el órgano, fue así como quedó tuerto.
Las personas que cuidaron y entrenaron a Morgan, invitaron a Carlos a acudir, pues dijeron que era la primera vez que un propietario de estos canes inspectores, que son donados por albergues, lo encontrara.
“Cuando hablé con su veterinaria, le dije que tenía una cicatriz en la pata porque había pisado un vidrio y ella me lo confirmó, además tenía su quijada corta y le colgaban sus cachetes: era Rufo, pero me dijeron que ya había fallecido y aunque acreditara su propiedad, no me lo hubieran devuelto si estuviera vivo, porque pertenecía a la Nación”.
Carlos considera que Rufo encontró su destino y dejó tan buena estampa que ha sido homenajeado en varias ocasiones.
LC