La Universidad Iberoamericana Puebla desarrolló un proyecto que se tradujo en la operación de una planta tratadora que procesa el 100 por ciento del agua que se utiliza dentro de las instalaciones educativas.
Se colocó una caratula en la planta que funciona como una radiografía de lo que ocurre en su interior. Las aguas residuales de toda la universidad son bombeadas a un contenedor núcleo, el cual las desahoga en tinas cargadas con bacterias anaeróbicas encargadas del proceso de purificación. Posteriormente, una segunda matriz aplica pruebas de pH para garantizar que las aguas están listas para usarse en el riego de la vegetación.
Mario Ernesto Patrón Sánchez, rector de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, destacó que la planta de tratamiento de aguas residuales, uno de los sistemas medulares de la iniciativa de Campus Sustentable, proyecto que forma parte de las políticas institucionales y educativas.
El proyecto fue realizado por estudiantes de la Licenciatura en Arte Contemporáneo con asesoría del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente de la universidad. El que fuera un inmobiliario blanco camuflado por los arbustos es hoy un mural educativo diseñado y ejecutado por un equipo de estudiantes de la Licenciatura en Arte Contemporáneo, explicó.
“Cualquier estudiante, profesor, trabajador o visitante de la Ibero Puebla ha caminado por el sendero que conecta al edificio principal del campus con el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT). Más aún, lo ha escuchado y respirado sin mucho agrado. Aquel pasillo se ve delimitado por una estructura tan inadvertida como fundamental para el funcionamiento de la universidad”, destacó.
Señaló que la obra es una forma de construir memoria social, que es “lo que nos da espíritu cotidiano e identidad institucional”. La intervención se une al mural contra la violencia de género como dos expresiones artísticas que resumen los valores de la Institución.
Las reflexiones que emanan de la realidad intramuros se relacionan con las grandes dolencias del mundo; el cambio climático es una de ellas. De ahí la importancia de contar con proyectos sociales que vinculen al alumnado con las problemáticas del exterior y los acerquen a la acción desde el quehacer universitario, explicó.
“Este mural es una síntesis de ese esfuerzo como universidad de cómo miramos la construcción de esperanza con las juventudes, y cómo vinculamos a nuestros estudiantes a estas agendas”, Patrón Sánchez
Alma Cardoso, coordinadora de Arte Contemporáneo, destacó que la concepción del mural nació en la asignatura de Pintura y un grupo de estudiantes comenzó el bocetaje de “a historia del tratamiento de aguas con la intención de divulgar de forma lúdica un procedimiento disonante en el ecosistema estudiantil".
“La pandemia tuvo otros planes, por lo que la iniciativa que nació con una docena de jóvenes se redujo a cuatro”, destacó.
AFM