La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) impulsa acciones para contrarrestar la violencia y para la construcción de una nueva mirada sobre las relaciones entre mujeres y hombres compete a todos.
Lilia Cedillo Ramírez, rectora de la máxima casa de estudios del estado, destacó la importancia de lograr una sociedad con cero tolerancia hacia cualquier tipo de violencia y mejorar la convivencia entre todos.
Al inaugurar el “Encuentro Nacional: Intercambio de experiencias con hombres universitarios. Acciones para prevenir y atender la violencia de género y la discriminación”, Cedillo Ramírez destacó que la BUAP es una institución comprometida con la no violencia.
“Es nuestra obligación como institución educativa promover estas actividades para que todos los universitarios sean conscientes de nuestra gran responsabilidad. Si queremos cambiar el ambiente que nos rodea tenemos que empezar por informar, que esa información llegue a todos nosotros y en el salón de clases también como maestros contribuyamos en el día a día”, comentó.
Por su parte, Benno de Keijzer, investigador del Instituto de Salud Pública, destacó que en el país, más de 30 por ciento de la población universitaria y del 50 por ciento en el caso de las mujeres, ha sufrido alguna forma de violencia de género en las instituciones de educación superior, ejercida principalmente por los hombres.
Recordó que, en México y América Latina, la investigación en torno a masculinidades se inició hace 30 años y la creación de metodologías de trabajo con hombres hace más de 20 años.
“Son avances que abonan para dejar atrás los nubarrones del patriarcado y entrar a una nueva fase: la de una universidad y sociedad libre de violencia. La masculinidad es una estructura basada en un pacto, que es violento por definición, pero hoy este pacto patriarcal está amenazado”, comentó.
La iniciativa del trabajo educativo con hombres en las universidades es un trabajo que tiende a crecer con tres ejes de acción: en igualdad de género, prevención e intervención comunitaria contra la violencia de género.
“La persistencia de la masculinidad se debe a la normalización y minimización de la desigualdad y las violencias, la impunidad y al bajo nivel de denuncia. Sin embargo, hoy existe una tendencia marcada hacia la cero tolerancia”, expresó.
El investigador expresó que para contrarrestar la violencia de género es necesario focalizar a los hombres acusados de violencia; implementar acciones preventivas; realizar la promoción de la corresponsabilidad y el cuidado; y la promoción de la igualdad de género.
“Dentro de las universidades, la tarea se debe llevar a cabo a través de talleres participativos y vivenciales, en la atención de la violencia, prevención y promoción de la igualdad y el trabajo con hombres denunciados de ejercer violencia”, añadió.
Por último, el investigador propuso que en las instituciones de educación superior se realice una revisión curricular y se incorporen materias orientadas a estos cometidos, en aras de construir universidades que lejos de la violencia, sean un refugio.
CHM