Mientras trabajaba, José Alfredo recibió una descarga eléctrica, cuya energía de alto voltaje consumió sus brazos y dañó severamente su pierna izquierda, misma que médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lograron salvar, aun cuando perdió hueso, músculos y estructuras vitales de movilidad en la rodilla y, sobre todo, la función.
El accidente ocurrió en Veracruz y debido al daño, el paciente fue trasladado al Hospital de Traumatología del IMSS, en Magdalena de las Salinas, donde después de 15 cirugías y la menos un par de meses internado, los especialistas lograron salvar la pierna del hombre de 55 años.
“Me atendieron en traumatología en el área de quemados, me hicieron varias cirugías; desafortunadamente tuvieron que amputar mis dos brazos y afortunadamente, con bastante trabajo, lograron salvar mi pierna izquierda ya que también estaba en riesgo. Mi pronóstico, al no ser nada bueno, era bastante malo, sí requiero de muchas atenciones en el hospital”, dijo José Alfredo.
La doctora Claudia Berenice Hernández Valverde, cirujana plástica reconstructiva con especialidad en el área de quemados, refirió que por las quemaduras que sufrió el derechohabiente estaba indicado el manejo radical para su pierna izquierda, pero el equipo multidisciplinario de especialistas hizo todo lo posible por salvarla.
“La opción para salvar esa extremidad fue un camino muy largo. En total fueron 15 cirugías en la pierna, inicialmente fue una desbridación para quitar todo el tejido quemado, pero la tomografía y los demás estudios de imagen mostraban que estaba quemada la rótula, entonces también se tuvo que quitar e hicimos toda la reconstrucción necesaria”, comentó la doctora Hernández Valverde.
Explicó que en la rodilla se realizó la estabilización con tejidos y colgajos locales para que José Alfredo pudiera volver a caminar y con las terapias de rehabilitación que recibió logró ganar fuerza, movilidad y recuperar funciones que necesita.
La especialista del IMSS agregó que las quemaduras por descarga eléctrica en el paciente tuvieron entrada y salida en ambos brazos y la pierna izquierda, por lo cual las dos extremidades superiores tuvieron que ser amputadas; de no hacerlo de manera temprana podía ocasionar daño renal irreversible e incluso la muerte.
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Por su parte, José Alfredo, quien recibe terapias en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Norte, expuso que después del accidente su vida no se ha detenido y el apoyo de su familiar ha sido fundamental para “sobrevivir a este reto bastante fuerte”.
“Gracias principalmente a toda mi familia por el apoyo y a las personas en general que me ayudan, traen, abren la puerta, auxilian a subir una banqueta, ese es el espíritu de ayudar”, manifestó.
LP