El uso excesivo de pantallas y la navegación constante en Internet, ponen en riesgo la integridad de niños y niñas al ser un blanco fácil de ciberdelitos, pues ante la necesidad de estudiar, comunicarse con el exterior, informarse y entretenerse, los dispositivos móviles son una herramienta de tiempo completo para los menores. En el contexto que enmarca la pandemia de covid-19, padres e hijos requieren una alfabetización digital para evitar ser víctimas de robo de datos, acoso, hostigamiento, zoom bombing y otros delitos.
Pasar de clases presenciales a estar todo el tiempo frente a un televisor, un monitor o un teléfono, trajo cambios emocionales para los niños niñas y adolescentes, pero si nos enfocamos en las habilidades que desarrollaron a raíz de esto, 82 por ciento de adolescentes entre 12 y 17 años, encuestados por el Sistema de Protección para niños Niñas y Adolescentes (SIPINNA), dijo que aprendió a buscar información en internet y el 67 por ciento, a organizar su tiempo, a la vez que encontraron una manera de interactuar mediante plataformas.
En este debate entre el beneficio que tiene y lo perjudicial que llega a ser para los niños un dispositivo con conexión a WiFi, no hay un ganador. Si bien la inclusión a las nuevas tecnologías es indispensable en la formación de los infantes, también es cierto que la ciberdelincuencia es algo a lo que estamos expuestos tanto adultos como niños.
Así pues, el SIPINNA, promueve una Estrategia Digital Nacional con la que busca hacer efectivos los derechos de la niñez en un ecosistema digital, que desarrollen competencias, que aprendan a utilizar la tecnología con principios éticos, brindarle consejos de seguridad a los niños, enseñarles a manejar su datos (incluyendo fotografías), sensibilizar a los padres para configurar controles parentales en los dispositivos que utilizan sus hijos, reflexionar sobre la edad adecuada para tener una red social, informar de servicios gubernamentales en caso de problemas o delitos digitales y enseñar cómo darle seguimiento.
Por su parte, Defoe, empresa de investigación de mercados, realizó una encuesta nacional para conocer cómo ha sido la inclusión de los menores a las plataformas digitales en el último año y qué piensa la población adulta al respecto, en un escenario donde paradójicamente los niños son cada vez más expertos en el uso de los medios digitales, mientras que los adultos conforme más avanzada es su edad, desconocen cómo se utilizan algunas herramientas.
¿La tecnología es buena o mala para los pequeños?
“La encuesta en vivienda que levantamos en febrero sobre este tema nos muestra que una quinta parte de la población (20 por ciento) piensan que la tecnología es benéfica para los niños y 30 por ciento piensa que es perjudicial”, reveló en exclusiva para MILENIO, Yamil Nares, Director General de Defoe. Además la encuesta arrojó que 41 por ciento de los mexicanos piensa que es ambos (perjudica y beneficia) y solo 9 por ciento dijo que ni una, ni otra.
“También encontramos que el 60 por ciento de los padres en México considera que la tecnología ayuda a los niños en su aprendizaje escolar. Pero, vale la pena resaltar que existe un porcentaje similar (63 por ciento) que menciona que la tecnología puede ser peligrosa para los niños por la información que pueden encontrar”, añadió el también analista de opinión pública.
El desacuerdo con la tecnología, se desprende de la inhabilidad para utilizarla, pues las diferencias por segmento muestran que la edad es un factor decisivo, junto con el nivel de escolaridad: las personas mayores, con escolaridad básica tienden a creer que los chavos están listos para incursionar en los medios digitales pasados los 16 años. En cambio, las personas jóvenes, de entre 18 a 24 años, con estudios medios o superiores, consideran una edad más temprana, entre los 10 y los 12 años.
En ese sentido, se entiende por qué los niños en muchas ocasiones se adentran a las herramientas digitales por sí solos y aprenden a utilizarlas empíricamente, sin una orientación previa a los obstáculos que podrían poner en riesgo su integridad. Del mismo modo que en el momento de presenciar un ciberataque, no sepan cómo actuar o a quién acudir. Solo el 26 por ciento de los niños está bajo la custodia de alguien durante sus estudios en pandemia, 33 por ciento a veces lo hace solo, en ocasiones acompañado y 35 por ciento, la mayor parte, trabaja solo.
Es necesario reducir esta brecha, pues más de la tercera parte de la población infantil que está en clases actualmente (34 por ciento), trabaja mediante alguna plataforma de conferencias. Y otro tercio (33 por ciento) lo hace a través de plataformas de mensajerías instantáneas. Únicamente 20 por ciento no usa más que el programa “Aprende en casa”.
¿Y el entretenimiento?
Otro aspecto a considerar en el marco del entretenimiento en casa son los videojuegos. Sin duda, cuidar la clase de juegos a los que se exponen los menores, es crucial, considerando que el contexto en el que se desarrollan ya es de por sí violento en muchos casos. De acuerdo con el SIPINNA, hay videojuegos que proyectan hasta 500 escenas de violencia en menos de 30 minutos.
Si bien todas, o casi todas, las redes sociales tienen métodos para advertir y bloquear imágenes de contenido explícito y/o violento, eventualmente los usuarios se encontrarán con uno que otro contenido de esta característica.
Un dato que vale la pena resaltar es que el Sistema de Protección dio a conocer que entre abril de 2019 y abril de 2020, antes de la pandemia, se reportaron 4 millones 100 mil incidentes de imágenes sexuales con menores de edad.
Para resguardar la seguridad de los hijos, la recomendación de expertos es establecer límites y controles parentales, que permitan a los adultos responsables de un menor de edad, supervisar el contenido que consume, las personas con las que habla y el tiempo que permanece en internet. Aunado a ello, informarse sobre antivirus y otros mecanismos de ciberprotección, esto puede evitar que sus hijos sean blanco fácil de una aberración.
ledz