Ante el rezago educativo, las claves para comenzar a enfrentarlo en el nuevo ciclo escolar que comienza el próximo 29 de agosto, se encuentran construir redes de apoyo y ayuda mutua, es decir, en repensar en procesos para que todos los actores colaboren, padres de familia, maestros y que los alumnos aprendan a apoyarse entre.
Rodolfo Cruz Vadillo, investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), explicó que los maestros tienen un compromiso social y político, que no solo reduce su papel a una cuestión educativa, sino a adaptar los planes y programas a los contextos y en la motivación a los estudiantes.
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“Cuando un profesor pierde de vista esos propósitos últimos que están plasmados en los programas, planes de estudio o currícula, pierde de vista la meta a la que tiene que llegar y los procesos a seguir para alcanzarla. Debe ir haciendo un tejido fino en torno a la propuesta que el modelo educativo está proponiendo, pero que la realidad está demostrando que las cosas todavía no están bien y que es un documento que estará abierto en todo el país y que el papel del profesor es fundamental para su ejecución”, apuntó-
Por separado, José Sánchez Aviña, director de la Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe (BIPA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que la educación es una respuesta a los problemas de la crisis actual y una formación de enfocada en los sectores más vulnerables puede contribuir a la salvaguarda de las aspiraciones de construir una sociedad más justa y equitativa.
Señaló que, a partir de una educación como bien inalcanzable, muchas comunidades originarias recuperaron los saberes ancestrales entre una población joven que las había olvidado.
Destacó que, en la actualidad, en medio de la pandemia de covid-19 y los efectos que está dejando en la sociedad, no solo basta con contar con acceso a la educación: resulta vital garantizar calidad y pertinencia social.
“Se trata de los procesos de participación ciudadana que conducen a la elección de lo que es mejor para la sociedad”, explicó.
Para el investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, las aulas deben gestar reflexiones inspiradas en la realidad y que liguen directamente a la acción.
Al mismo tiempo, Sánchez Aviña recuperó al pensador Boaventura de Souza, quien señalaba que la educación debe aspirar a contrarrestar los tres pilares hegemónicos de la opresión: capitalismo, colonialismo y patriarcado. Una forma de hacer frente a ello es el reconocimiento de la multiplicidad de saberes.
La pospandemia es un llamado a repensar los procesos educativos hacia un sistema que encuentre sus bases en los valores y saberes de las personas, añadió el director de la Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe.
La educación debe estar orientada a que los sujetos sean capaces de vivir en realidades multiformes: una educación con todos, implica hacer visible la diversidad y el derecho de las personas a estar presentes en la vida en sociedad, expuso el investigador.
AFM