Aunque cada vez se vuelve más escasa y costosa, la jaiba es una especie que más allá de ser parte de la gastronomía del puerto, es el ícono de la ciudad. Tampico es el Puerto Jaibo.
Pero poco a poco y con los cambios climáticos o naturales que se tienen, ha venido cayendo la producción en el río Pánuco y Tamesí, que son las zonas ideales de pesca para quienes laboran en el Mercado de Mariscos de “La Puntilla” de este municipio.
Actualmente se comercializa al doble del precio normal, debido a que la captura de esta especie se ha reducido drásticamente, puesto que de atrapar hasta 75 kilos por lancha, ahora sólo logran sacar 15.
Esto ha llevado a que de costar 25 pesos el kilo de jaiba ahora cuesta 50 pesos, es decir, el incremento del 100 por ciento ante la falta de producto en las zonas de pesca entre los estados de Tamaulipas y Veracruz.
Gustavo Gutiérrez Guerrero, uno de los propietarios del local “La Higiénica” o “Gutiérrez” explica que la jaiba tiene una corrida al año, lo que significa que por lapso de al menos 60 días su captura es más fácil y se incrementa la producción, que lleva al mismo tiempo a bajar de precio. Pero esa corrida de jaiba ya culminó el mes pasado y ahora lo que viene es la temporada de huracanes, así como la invernal, que es cuando estos animales se protegen y no salen, se quedan resguardados.
Por tal motivo, no habrá una nueva corrida de jaiba hasta el próximo año y después del primer semestre. Así que deberán de sacar el producto sin ningún exceso para que pueda haber piezas de esta especie hasta el próximo año. “La temporada de jaiba ahorita ya pasó, eso fue el mes pasado, más o menos dura de 45 y 60 días.
La jaiba se alborota, sale y se aparea, eso solamente pasa una vez al año porque viene temporada de frío y por eso hasta el otro año por estas fechas volverá a haber más jaibas”.
El resto de los oferentes del Mercado de la Puntilla, coinciden en que la producción actual de jaiba y jaibón sólo es suficiente para abastecer la demanda de la localidad, para el consumo de las familias de la zona sur de Tamaulipas, cuando antes exportaban a otros estados, incluyendo la Ciudad de México.
En años anteriores mandaban producto abordo de camionetas, se congelaba y se enviaba para que fuera comercializado en otras partes de la República, pero eso se acabó y solo es para el consumo de los de casa.
También para los turistas de diferentes partes como Nuevo León, Chiapas, Jalisco, San Luis Potosí, México y Guadalajara, que llegaban al mercado de mariscos cada temporada vacacional para llevarse la jaiba y otros productos en importantes cantidades.
Con respecto a este tema los pescadores consideran que en el río Pánuco y Tamesí existe un gran potencial para la exportación, pero para ello deben de aterrizar los proyectos que se tienen por parte del gobierno de Tamaulipas, quienes pretenden crear granjas de jaiba.
Están a la espera de la siembra de producto marino y la instalación de las granjas antes mencionadas para que esto se pueda convertir en otro de los potenciales de la zona sur. Algo que hace también muy atractiva a la jaiba tampiqueña es el sabor, porque aseguran que este no se iguala al de ninguna otra región.
Por eso es que la demanda no se detiene y personas de otros lados continúan buscándola. De acuerdo a Gustavo Gutiérrez, el sabor tiene que ver con la alimentación de este animal marino, que es fitoplancton. Las diferentes corrientes arrastran el alimento de las jaibas y es por eso que obtienen el sabor de preferencia de las personas.
Proyecto de la jaiba estancado por falta de recursos
Hay dos especies de jaiba que se comercializan en la zona sur de Tamaulipas: la jaiba azul que radica en agua dulce y la otra es la jaiba prieta que es la que traen de las marismas.
Ha bajado la producción también por el calentamiento del agua que hace que dejen de reproducirse y con la evaporación hay menos estadios de agua, es decir, que dura muy poco en lugares cerrados.
El biólogo Gerardo Siliceo Tavera, coordinador de Pesca en Altamira, dice que iniciaron un proyecto para una sociedad cooperativa de Lomas de Real, pero no ha procedido porque desde finales del 2017 se pararon todos los proyectos y los estímulos económicos por parte de Conapesca.
“Hubo reducción de los presupuestos para este tipo de proyectos, ahí se quedó al igual que otros planes acuícolas de jaulas y otras especies de escama. El gobierno federal redujo el presupuesto, como un 73 por ciento de Conapesca a nivel nacional”.
El proyecto que tiene que ver con la jaiba y que quedó pendiente, consiste en el encierro de la larva.
Iba a entrar de manera natural a través de un sistema de bombeo y ahí revisarían por medio del laboratorio el crecimiento de la misma, que es la más pequeña de las jaibas y los crustáceos. De ahí se aprovecharían los machos en un proceso de engorda y las hembras se iban a dejar.
“El macho es el que tiene mayor valor comercial, hay una Norma Oficial Mexicana que dice de qué tamaño tiene que extraerse la jaiba para comercializarse y que en eso se basan, por eso el macho es el óptimo. En México no existe un sistema de cultivo de jaiba”, manifestó.
Las amenazas
La contaminación en ríos y lagunas, así como el pez diablo se han convertido en los principales enemigos de la jaiba en la región.
El ambientalista Miguel Verástegui menciona que durante años han denunciado la contaminación en los espejos de agua y ríos, lo que viene a repercutir también directamente en la jaiba.
“El riesgo para la jaiba es la contaminación, el otro depredador era el pez diablo porque se la come, acaban con todas las especies”.
Considera que la jaiba al igual que el ostión, absorbe todo lo que hay en el agua, incluyendo contaminación y por eso se debe de extraer solamente de aguas certificadas.
“Como un ejemplo, la marea roja la absorbe el ostión y por eso se prohíbe la venta cada que se presenta esto, entonces así debe ser también con la jaiba”. Sabor a hidrocarburo por derrames de Pemex.
El pescador Cecilio Martínez, integrante de la cooperativa de la Unión de Pescadores del Sur de Tamaulipas y Norte de Veracruz, reconoce que ya no es rentable la jaiba proveniente del río Pánuco porque sale contaminada.
Y es que los constantes derrames de aceite e hidrocarburo, afecta a esta y otras especies marinas que logran sacar en el transcurso del día y por eso la gente ya no quiere comprar. Inclusive argumenta que los consumidores al momento de cocinar la jaiba o el pescado desprende un fuerte olor a hidrocarburo y regresan con el producto a la cooperativa para exigir que les devuelvan su dinero.
Esta situación ya la han externado a las autoridades y también se interpuso una denuncia formal ante Profepa y Semarnat pero nunca procedieron.
Lo más solicitado
El presidente de la Asociación de Empresarios Restauranteros en el sur de Tamaulipas, Reyes González de Ángel, refiere que la jaiba es uno de los platillos más solicitados en los negocios de mariscos de Tampico.
Asimismo Rosa María López, quien ha fungido como vicepresidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en la zona norte y actual representante del organismo en la zona sur, señala que la jaiba rellena fue un éxito al incluirse en la Ruta Gastronómica “Del mar a la laguna”.
Esta ruta conjunta los municipios de Tampico, Villamar y Laguna Madre hasta la capital tamaulipeca, Ciudad Victoria, que cuenta con dos centros turísticos, ubicados en la periferia de la ciudad, netamente naturales y de gran importancia a nivel nacional.