Casi 5 mil menores de edad viven en albergues en Jalisco

Solamente el 2% están liberados jurídicamente para ser adoptados; la mayoría tiene entre 10 y 17 años de edad, sin embargo el 90% de los adoptantes quieren niños entre 0 y 4 años de edad.

Hogar Cabañas (Archivo/Milenio).
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

Un hombre con la cabeza rasurada, panzón y vestido con un uniforme azul la pescó del brazo. La detuvo. Ella platicaba con otras chicas de su edad, de unos 12 o 13 años. El sujeto la jaloneó, le preguntó su nombre y la subió, con engaños (casi a la fuerza), a una patrulla para llevarla a la Fiscalía del Estado de Jalisco. El director del albergue donde vive la denunció como desaparecida. En realidad, la adolescente se había escapado de ese lugar al que detesta porque, entre otras, si se porta mal la encierran en un “calabozo”, la golpean y le dan de comer verduras echadas a perder.

Paloma no tiene de otra. Su madre la dejó en ese lugar cuando apenas tenía 3 años. Recuerda que le dijo algo parecido a que en ese momento no podía cuidarla, pero que volvería por ella en cuanto se “compusiera”. Aunque Paloma cuenta que ella se comportó como si hubiera comprendido la situación, dice, en entrevista luego de rendir su declaración ante el Ministerio Público, que estuvo meses, quizás años, llorando porque su mamá no regresó nunca. La tristeza se convirtió en coraje.

“A mí nadie me quiere. Yo a nadie le importo. Si me matan nadie va a reclamar. A ver, váyanse ustedes a vivir ahí, a ver si aguantan. ¿Por qué me quieren llevar otra vez si yo no quiero estar ahí? Váyanse ustedes, a ver”, les gritaba, entre lágrimas, a la trabajadora social y al policía que la custodiaban para que no se volviera a escapar. Es la quinta vez que se sale del albergue y, dice, lo seguirá haciendo hasta el día en que no la vuelvan a encontrar.

En Jalisco, hay casi cinco mil niños que, como Paloma, viven en uno de los 94 albergues que cuentan con registro para operar en la entidad. Hay más que no están documentados. En muchos de ellos, dice Pancho, un chico de 20 años que pasó su infancia y adolescencia en tres refugios del DIF, las condiciones y el trato son malas: “No sé si en todos sea igual. No es por malagradecidos que seamos. La neta ahí nos trataban bien culero. No tienes a nadie. Nadie ve por nosotros. Como no tienes papás a nadie le importas. Ya sabemos. Así nos tocó, pero no está chido. Mejor acá afuera. Acá hacemos lo que queremos y no somos malandros tampoco ni nos molestan”.

Hoy, Pancho trabaja en una esquina del Centro de la ciudad como “viene viene”.

Con exactitud, son 4 mil 774 menores los que, de acuerdo con datos proporcionados por la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PNNA), viven en estas instituciones, sin el cariño ni el cobijo de una familia.

De estos miles de chicos sin hogar, solo el 2.1 por ciento pueden ser adoptados: 105. Lo anterior sin contar a 24 que están en guarda o custodia personal. Estos últimos no viven en refugios. Se encuentran de manera transitoria con algún pariente o conocido que se hace cargo de ellos mientras se define su situación. Hasta los primeros días de noviembre de 2019, en la PNNA había 45 chicos liberados jurídicamente. A estos se le suman otros 60 distribuidos en las 25 delegaciones que hay en el estado, entre ellas las de Autlán de Navarro, Tlajomulco de Zúñiga, Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque, Puerto Vallarta, Tepatitlán y el Hogar Cabañas.

Más de un centenar de niños y adolescentes que han sufrido maltrato o abandono pueden ser adoptados hoy en el estado. Sin embargo, lo más probable es que vivan en estos lugares hasta que cumplan la mayoría de edad.

De acuerdo con la jefa de Adopciones de la PNNA, Eréndira Pérez Chávez, en el 90 por ciento de las solicitudes que recibe, los adoptantes expresan que quieren a un niño o a una niña que tenga entre cero y 4 años de edad. Entre más chico mejor. La mayoría quiere bebés para vivir la crianza lo más similar a lo que es el proceso natural de tener un hijo.

En contraparte, la realidad es que la mayoría de los niños y adolescentes que esperan a ser adoptados tienen entre 10 y 17 años de edad.

La información de la PNNA revela que, de los 4 mil 774 chicos que habitan los albergues, el 71 por ciento (3 mil 393), llegaron ahí de manera “voluntaria” (que sus padres o tutores los llevaron porque no pueden hacerse cargo de ellos). El 70.7 por ciento (3 mil 379) son hombres y el 29.3 por ciento (mil 395), son mujeres.

De los que no llegaron de manera “voluntaria”, 331 fueron enviados por la PNNA, 15 por la Procuraduría estatal, 993 remitidos de alguna delegación y 46 por la Fiscalía del Estado. En estos casos sus padres o tutores están bajo investigación, ya sea por la presunta comisión de algún delito o por ser calificados como no aptos para el cuidado de sus hijos.

Entre los 105 chicos “libres” para ser adoptados, hay grupos de hermanos que prefieren quedarse juntos, a que se los lleven a cada uno por separado.

Pero de acuerdo con el Procurador para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, Luis Antonio Gómez Hurtado, lo mejor para los chicos que se encuentran albergados es la reintegración familiar. Que no sean separados de manera definitiva de su familia.

La apuesta, explicó el funcionario, es que estos casi cinco mil niños regresen al núcleo familiar: “La Ley General y los tratados internacionales establecen que los niños deben estar en familia y, como última alternativa, tienen que estar en procedimiento de albergamiento. Por qué ir a un procedimiento de adopción si, previamente, hay familia extensa, familia viable, y con las cuales hay una actitud afectiva”.

Los trámites que hay que hacer en los juzgados para las liberaciones jurídicas tardan mucho porque falta personal, entre otras cuestiones. También, los albergues y los recursos son insuficientes. Esto hace que, insistió Gómez Hurtado, lo mejor sea trabajar para lograr que cada niño regrese a su núcleo de origen.

Por su parte, Raquel Arias Covarrubias, directora de Tutela de Derechos de la PNNA, explicó que la mayoría de los niños albergados no pasan al área de liberación jurídica: “El principal objetivo es que la mayoría de los niños tengan la posibilidad de regresar con su familia, de reintegrarse. A la mayoría no los ponen como factibles de adopción hasta que de plano es un caso muy complicado. Lo ideal es que no vayan con extraños. Que si tuvieron un problema con el padre o la madre, se busque a sus familiares, abuelos, padrinos, tíos, hasta el cuarto grado de parentesco. Antes y durante el proceso de liberación jurídica se trabaja con toda la familia, primero con los padres, si cometieron algún delito, si tienen abierta una carpeta de investigación, luego con los abuelos. De los abuelos hay familia materna y paterna”.

Actualmente, en Jalisco se dan dos tipos de adopciones: las de niños institucionalizados, que están en albergue, pero están liberados jurídicamente, y las adopciones entre particulares, que son las más sencillas porque se hacen con de manera directa y con consentimiento de las partes.

En general, la mayoría de las personas tienen la idea de que adoptar a un niño es muy difícil. Que es muy tardado. A decir de Eréndira, esto no es tan cierto. Explicó que lo que sucede es que la mayoría de las personas quieren adoptar bebés. Hay niños de 8, 12 y hasta 15 años que quieren ser adoptados. Que quieren tener una familia.

Para la jefa de Adopciones de la PNNA es necesario que se haga una campaña para adopción de niños de entre los 8 y los 17 años. Ella piensa que el mensaje no debe ir a quienes tienen la idea de adoptar bebés, ya que ellos tienen su idea muy clara. Hay parejas o personas solas, dijo, que por varias circunstancias preferirían un niño mayor, que no sea tan chiquito pero, quizá no están muy enteradas de que tenemos esta opción.

De acuerdo con datos de la PNNA, en 2014 hubo tan solo una solicitud de adopción, en 2015 ninguna, en 2016 cinco, en 2017 tres y, en 2018, 13.

Y además

Realizan colecta para agilizar trámites


Con la intención de ayudar a agilizar las adopciones de los más de 30 mil niños que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2017, viven en casas hogares en todo el país, la Fundación Barra Mexicana de abogados invita a participar en la colecta para reunir 350 mil pesos.Hasta el cierre de esta edición solo se habían reunido poco más del 10 por ciento de la meta que este grupo de abogados se puso hace poco más de dos meses.Esta recaudación continúa, como seguimiento de la campaña Conectando Vidas.


De acuerdo con la Fundación, en México es grande la problemática de la adopción por ser un proceso complejo, tardado y costoso. Las consecuencias para los menores de edad es que jamás serán adoptados. Por esto es que esta organización tuvo esta iniciativa en la que se valora cualquier aportación, por mínima que sea.Quienes quieran colaborar con esta causa pueden entrar al link Conectando vidas y seguir las instrucciones https://www.facebook.com/FundacionBarra

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SRN

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