Con maquinaria pesada, y el resguardo de autoridades de los tres niveles de gobierno, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) comenzó el derribo de viviendas asentadas en los márgenes del Arroyo Seco, en Zapopan, en zona de riesgo por inundación.
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Las 71 viviendas a demoler fueron desalojadas por policías desde muy temprano el miércoles, lo que provocó molestia e incertidumbre entre los afectados, quienes se quejaron de la acción sorpresiva de las autoridades, por lo que muchos no pudieron sacar todas sus pertenencias de sus casas o negocios, según se quejaron varios vecinos. Hasta anoche se habían derruido totalmente 30 fincas, y otras 18 en proceso. Los trabajos se suspendieron al caer la noche. Personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) estuvo presente en el operativo.
La zona sobre la que se trabajó ayer se encuentra en los límites de Colinas de la Primavera y Miramar, dos colonias populares ubicadas entre el Periférico Norte y las faldas del cerro del Colli. En ese mismo sitio, el año pasado se desbordó el Arroyo Seco, dañando cientos de casas en colonias vecinas.
El Arroyo Seco es un cauce natural que recibe el agua de lluvia que baja del cerro, y que termina en Tlaquepaque, muy cerca de la confluencia del Periférico Sur y la carretera a Chapala. Algunos puntos de ese cauce están canalizados, otros no tienen límites y sobre las orillas se han edificado viviendas y negocios a lo largo de más de 20 años, invadiendo la zona federal.
Las acciones gubernamentales no fueron bien recibidas por los afectados. Apenas amaneció, policías municipales y estatales, y oficiales de la Guardia Nacional comenzaron a cercar con vallas la zona a demoler. Los agentes tocaban en casas y negocios para avisar. Cuando no recibían respuesta, abrían las puertas a golpe de mazos.
Un comunicado del Ayuntamiento de Zapopan señala que a los vecinos se les ofreció el servicio de bodega para guardar el menaje, pero que sólo nueve personas solicitaron ese apoyo, y una de ellas retiró sus pertenencias más tarde. Según las personas evacuadas, las autoridades dieron de hasta 20 minutos para sacar las pertenencias de su hogar, por lo que muchos de ellos no alcanzaron a sacar por completo sus bienes, por esto, el gobierno municipal anunció que dicho menaje está protegido en bodegas y se encuentra a disposición de sus dueños e inventariado por notarios, aunque no se tiene información exacta de dónde están ubicadas ni en qué fecha u horario pueden reclamar sus pertenencias.
Una mujer cuya casa fue demolida, dijo a MILENIO que apenas tuvo tiempo de sacar dos o tres muebles de su casa, como estufa y refrigerador, sus demás pertenencias habían quedado sepultadas.
Zapopan informó que se desalojaron a 86 personas, de las cuales 64 eran adultos y 22 menores de edad, a quienes se les ofreció trasladarse a un albergue del DIF Jalisco o Zapopan, “además de asesoría jurídica en caso de que quisieran proceder contra quien les vendió un terreno en zona irregular”.
Después de 12 horas que inició la demolición de casas en Miramar, vecinos de la colonia bloquearon el Periférico al cruce con Puerto Guaymas, con el objetivo de recibir información por parte de las autoridades para saber dónde serán las próximas demoliciones; contar con un plan de reubicación, y tener presencia de la CEDHJ para salvaguardar la integridad y dignidad de las personas desalojadas.
Alrededor de 50 personas bloquearon la avenida, lo que desató la ira de los automovilistas, pero sobre todo la de los usuarios de Mi Macro Periférico, quienes descendieron del autobús para agredir a golpes y empujones a los manifestantes que cubrían los cuatro carriles. Solo se encontraban resguardando dos policías viales, mientras tres patrullas con alrededor de 15 oficiales municipales y estatales observaron desde la vía lateral cómo agredieron a los ciudadanos. Pese al conato de riña, fue hasta 15 minutos después que los uniformados decidieron mediar.
Después de una hora, Cristian Carrillo, representante de la Secretaría General de Gobierno del estado, llegó a tres acuerdos con los inconformes: primero, reunirse con los representantes de los vecinos hoy, con la participación de CEDHJ, Conagua, gobiernos de Jalisco y de Zapopan; segundo, parar la maquinaria hasta llegar a un acuerdo, y tercero, que la Guardia Nacional cuide la zona de demoliciones para evitar la rapiña.
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SRN