Tiene 31 años de carrera ininterrumpida en el sacerdocio, es canónigo de la Catedral y rector del Santuario de San Judas Tadeo, en la capital; sin embargo, también es uno de los dos únicos miembros de la Arquidiócesis de Puebla con preparación para realizar exorcismos.
Es el presbítero José Luis Bautista González, que relató a MULTIMEDIOS parte de su experiencia combatiendo a los demonios, aquellos que convierten en poseídos a las personas que se alejaron de Dios a través de sus actos o que se volvieron vulnerables ante situaciones de desgracia.
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Su preparación en la Santa Sede le permitió aclarar que el demonio existe, no como lo ha mostrado la mirada cinematográfica de Hollywood, como un sujeto de color rojo y cuernos, sino más bien como "un ser espiritual que siempre quiere hacer caer al hombre y a la mujer".
"Hay hombres que invocan al demonio, hay mujeres que invocan al demonio y al invocarlos a través de un rito determinado, indudablemente el demonio se hace presente en una forma explícita. Y una forma implícita es a través de nuestros actos", explicó.
Consideró que una muestra de la presencia del mal en México es su manifestación ante los múltiples delitos que a diario ocurren, haciendo caer en la tentación y en desgracia a las personas que cometen robos, secuestros, extorsiones, desapariciones y hasta asesinatos, ya que vulneran la integridad de un tercero para satisfacer una necesidad personal.
"Lo único que podría decir es que el tentador existe, que se hace presente a través de manifestaciones sobrenaturales que calan, que calarían al más fuerte", sentenció.
Bautismo, el primer exorcismo
El padre José Luis Bautista González indicó que todos los miembros de la fe católica han experimentado un exorcismo, aunque no de la forma convencional, sino a través del sacramento del bautismo.
"En la iglesia católica hay ritos para exorcizar y el primer rito para hacerlo es el bautismo, donde se pide que el tentador no haga presa del bebé y se le unge con el santo óleo", aclaró.
Sin embargo, también compartió algunos detalles de lo que representa un exorcismo en quienes ya contaban con el bautismo ante la incorporación de un ente demoníaco en su persona, que también implica la suma de estudios clínicos hechos por profesionales de la salud.
"Para que en la iglesia católica exista un rito de exorcismo primero tiene que haber un análisis psiquiátrico de la persona, y un análisis neurológico porque sabemos que hay enfermedades en la mente del ser humano, podría llamarse la esquizofrenia o la bipolaridad", apuntó.
Si los estudios demuestran que la víctima de posesión clínicamente está "en sus cabales", entonces el clérigo tendrá argumentos para proceder a realizar un exorcismo y realizar múltiples oraciones que permitan salvarle la vida a dicha persona.
"El sacerdote tiene que preguntarle a la familia en qué actividades estaba inserta la persona. Si jugaba la ouija, si consultaba el Yoruba, si le gustaba que le hicieran limpias, si pertenecía a la Santa Muerte, si hacía santería o si hacía satanismo o si hacía satanismo", agregó.
¿Cualquiera puede exorcizar?
El padre José Luis Bautista González señaló que este tipo de ritos pueden ser practicados por cualquier sacerdote.
"El exorcismo es a partir del oficio y de la dignidad que adquieres como presbítero cuando un obispo te impone las manos. Desde aquél momento el clérigo está capacitado para hacer una oración de exorcismo", sostuvo.
Aunque se reservó los detalles de lo que implica una sesión de exorcismo "por secrecía", sí se animó a compartir cuál es su principal fuente de inspiración para salir avante ante cualquier caso de posesiones.
"Lo que te ayuda es que tú crees en Dios y que tú, a través del rito, a través de la palabra, a través de la plegaria, a través de la invocación de Dios tú vas a lograr vencer al tentador. La armadura de la fe de un católico, específicamente hablando: frecuencia de la confesión, frecuencia de la misa dominical, hay laicos que van todos los días a misa dominical, lectura de la palabra de Dios, vida de oración y caridad hacia los demás", puntualizó.
Si bien no reveló cuántas desposesiones ha realizado en su carrera sacerdotal, ventiló que sirvió de asistente en un caso de hace 30 años y, además, encabezó otro hace 25 años con un común denominador: la víctima no recuerda nada de lo ocurrido.
Añadió que lo más común es que un exorcismo no quede completado en una sola sesión y, por lo tanto, se recomienda que el practicante visite al agraviado durante dos o tres días más para concretar la sanación.
Pedro Sánchez, el otro exorcista
Párrafos atrás se dijo que la Arquidiócesis de Puebla cuenta con dos sacerdotes preparados por la Santa Sede para practicar exorcismos, uno es José Luis Bautista González, mientras que el otro el padre José Alejandro Pedro Sánchez Priego, titular de la Parroquia de María Reina de la Paz, en Mayorazgo.
En octubre de 2016, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa anunció que Sánchez Priego participaría en el Congreso de la Asociación Internacional de Exorcistas en el Vaticano, junto con otros 300 curas.
En aquella ocasión indicó que el territorio poblano sumaba ocho años sin algún caso de exorcismo, aunque sí se habían presentado casos de personas que padecían trastornos mentales y decían tener "al demonio" en su interior.
Fue en octubre de 1998 cuando Juan Pablo II reformó el ritual de exorcismos en Puebla para convertirlo en un "acontecimiento de salvación", más no en una situación que se preste a la "superstición, sensacionalismo o espectáculo".
El entonces Papa solicitó a las autoridades de la fe católica que un rito como el exorcismo debe mantenerse en secrecía, desde las manifestaciones que expresa el interior de la víctima, hasta las oraciones que el clérigo llegue a utilizar durante el proceso, previa autorización del arzobispo del territorio donde ocurren los hechos.
CHM