Las manecillas del reloj marcan las 06:30 horas. Es lunes, un día esperado para Ricardo Alfredo Hernández Pulido, quien hace una semana llegó a la casa de sus padrinos ubicada en la colonia Arboledas de Altamira procedente de Tempoal, Veracruz, para iniciar sus estudios en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Los rayos del sol se asoman por la ventana, Ricardo, checa la hora en su celular y es tiempo para iniciar con la encomienda, estudiar la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
Tras salir de la ducha, el joven de 18 años de edad, toma la plancha, arregla su ropa, una playera de algodón blanca con líneas celestes y jeans de mezclilla, se cambia y se perfuma mientras se ve al espejo con una leve sonrisa.
- Te recomendamos ¿Dónde descargar la solicitud para inscribirse a la beca Avanza de Tamaulipas para el ciclo escolar 2024-2025? Aula
"Riky, ya está listo el desayuno, vente", es la voz de su madrina, quien abrió las puertas de su hogar junto a su esposo para que su ahijado pudiera acudir a la universidad.
El cereal con leche está servido sobre la mesa, Ricardo toma la cuchara y lleva el primer bocado a su boca seguido de un rico cóctel de frutas.
Es hora de iniciar con el recorrido, Riky, revisa su mochila para que no haga falta ningún cuadernillo y útiles escolares. Recibe la bendición de sus padrinos.
La gente va y viene sobre las calles de la colonia Arboleda de Altamira, Ricardo camina mientras platica sobre el motivo que lo trajo a la zona sur de Tamaulipas.
"Las ganas de salir adelante es lo que me motivó a venirme a estudiar esta carrera que es Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Es importante siempre escoger bien para poderte realizar profesional y humanamente. Me gusta demasiado la carrera, estoy emocionado pero también hay nostalgia por dejar mi casa".
La cara del estudiantes refleja el calor característico de la zona, suda un poco luego de caminar diez cuadras para llegar al parabus y tomar el transporte.
"Afortunadamente hoy entro a las diez de la mañana, es mi primer día de clases, sé que tengo que esperar un buen tiempo para tomar el autobús, por eso salí a las siete de la mañana y lograr alcanzar lugar para mi traslado".
En el sitio hay más de una docena de personas esperando el transporte público, están desesperados pues se hace tarde para llegar al destino, pero Ricardo es paciente.
"Allá viene ya un autobús, espero que haya lugar", se escucha entre las personas. Mientras se acerca el autobús, todos se acercan más a la banqueta pero nadie tiene suerte, ya no hay cupo.
La espera se prolonga 20 minutos y un segundo autobús pasa por el sitio, pero también trae sobrecupo. Los rayos del sol son intensos, Riky busca sombra mientras espera una segunda unidad.
Tras una hora de espera llega otro camión que, mientras frena, el joven estudiante se apresura a subir; por fin hay espacio pero no el suficiente para un traslado cómodo.
Conforme avanza, la gente sigue subiendo a la unidad entre empellones y empujones. Hay tráfico en la avenida principal, los autos avanzan con velocidad lenta mientras las manecillas del reloj avanzan, por fin, el joven universitario llega a su destino, toma su mochila, baja del autobús e ingresa al terreno universitario, espera el transporte interno mientras saluda a algunos compañeros que al igual que él, inician un nuevo camino en su vida.
Ricardo Alfredo, baja del autobús de la UAT, toma su teléfono para tomar la selfie del recuerdo mientras sigue saludando a nuevos compañeros.
"Estoy muy emocionado y me conmueve también llegar a la universidad porque dejé mucha gente en tempoal, dejé amigos, dejé a mi abuelita, tengo emociones encontradas, pero emocionado porque inicia una nueva etapa en mi vida".
SJHN