De pie frente a médicos y enfermeras militares, la jovencita Cristal Jiménez Ochoa recibió el tres de diana y, después de los honores a la bandera, está lista para ser médico militar por un día.
Tras el protocolo, la joven recibió un reconocimiento del director del Hospital Militar de Tampico, Antonio Carbajal Gómez, pero el regalo que más le agradó y que no dejaba de ver, fue una muñeca vestida de médico y aparatos como el estetoscopio.
La menor tiene sordera profunda bilateral, escucha 5% de su oído derecho y 30% de su oído izquierdo, padece un retraso en el neurodesarrollo, pero eso no le impide desenvolverse como una niña normal.
Subió los tres niveles del hospital sin agitarse hasta uno de los cuartos en donde la esperaba su paciente, la joven María Fernanda Pecero, de 14 años que se cayó por estar jugando.
La doctora Cristal se puso el estetoscopio y al escuchar el corazón de su paciente, se iluminó su rostro al escuchar el latido de su corazón, para luego canalizar.
“¿Qué hacemos doctora?", Preguntan las enfermeras a Cristal, así que de inmediato se pone los guantes y comienzan las curaciones con extremo cuidado, con concentración y con respeto de lo que hace, sin saber que es un simulacro.
Es momento de atender otra emergencia, la jovencita con cubrebocas camuflajeado corre para llegar a atender a un militar lesionado que se queja del dolor de una pierna, pide ayuda y Cristal se la brinda con el respaldo de sus colegas.
Entre todos ponen en una camilla al infortunado militar y lo suben a la ambulancia, la cual se dirige a urgencias del nosocomio con el fin de seguir con sus cuidados.
“Gracias por salvarle la vida, doctora", le dijo el doctor Víctor Octavio López Amaro a Cristal, luego de atender a los pacientes y por la disposición mostrada en cada una de sus intervenciones.
Nora Hilda Ochoa Lucio, mamá de la jovencita, emocionada cuenta que su hija “quiere ser doctora y veterinaria también. Quiere tener un albergue para los animalitos de la calle y también ayudar a los niños que no tienen ayuda de sus papás y los abandonan".
El papá Félix Jiménez agradeció la oportunidad que le dio el Hospital Militar de Tampico para que su hija fuera médico por un día, además de que el nosocomio fue el sitio en donde le detectaron su padecimiento.
“Desde el 2014 se comenzó a tratar en el centro de rehabilitación infantil, en esa fecha ella comenzaba a aislarse inclusive de nosotros porque ya no podía dialogar", recordó el papá luego de ver a su hija desempeñarse.
Hoy Cristal se graduó de la educación primaria en modalidad especial, sabe leer, escribir y hace cuentas como cualquier otro estudiante, así que “no dudo que tiene la capacidad de cursar en una escuela normal, pero sí tenemos que tocar puertas para ver en cuál la aceptan", manifestó el orgulloso padre.
EAS