Desde hace siete años Rosendo Rivera Belmares sale a las calles a buscar el sustento para su familia, y lo hace de una forma peculiar.
Pese a las altas temperaturas y a los intensos rayos del sol, Rosendo hace malabares en los cruceros, con una rutina en la que combina dos de sus pasiones, el fútbol y el equilibrio.
"Desde niño me gusta el futbol y con los amigos que aquí mismo conocí aprendí varios trucos y fui haciendo la rutina”.
El mayor impulso para el joven de 24 años, vecino de la colonia Almaguer, en Guadalupe, es su hijo Dylan, de 4 años.
"Sí, tengo a mi esposa y a mi hijo de cuatro años, se llama Dylan".
Casi todos los días acude al cruce de avenida Churubusco y Miguel Alemán, y a veces alterna en Lázaro Cárdenas y Benito Juárez, en donde busca impresionar a los automovilistas a cambio de una moneda.
"Unas cuatro o cinco horas, de 6 de la mañana a 7, y luego vengo en el mediodía... Y ya en las noches salgo otro rato"...hay que seguir haciendo la lucha, busco protegerme del sol, voy en la mañana y en la noche", dijo.
Y aunque el calor es intenso, las ganas de salir adelante son más fuertes.
"Pues sí, puro jale... hay que echarle ganas, aunque salga el sol o no, hay que hacerla", declaró.
Así como Rosendo, cientos de personas buscan en los cruceros el sustento para sus familias, debido a la falta de oportunidades o a la pérdida de empleos derivada de la pandemia por el covid-19.