Rafael Ulises Escalante García estudió biología, mientras que su hermano Joel es un amante de la arqueología. Ambos comparten la pasión por los juegos de mesa. El primero de ellos empezó a fabricar sus propios modelos desde la infancia, hasta que conoció la Convención Mundial de Juegos de Mesa y los Spiel des Jahres (considerados como los Oscar de esta especialidad), tras lo cual se avocó a conocer los lineamientos que deben de seguirse para poderlos lanzar al mercado.
Su primera opción era dedicarse a ser creativos de una empresa establecida. En 2010 empezaron a hacer contacto sin que se concretara ningún proyecto, por lo que decidieron crear su propia firma, lo que demoró cinco años.
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De esta forma dieron vida a la empresa Leko Games, la cual fue pionera de este tipo en el país: “Se conocen como juego de mesas modernos. Se decidió ese nombre porque en náhuatl Leko se asocia con destreza”, explica Rafael, no obstante, la planearon para que abordara dos ramales: biológica y arqueológica.
Por lo anterior, crearon los juegos “Cazadores de fósiles”, “La Tumba del Rey Pakal” y “El Jardín Botánico de Tehuacán”, este último se diseñó entre 2011 y 2012, mientras que el producto final se empezó a distribuir al siguiente año.
Riqueza de la reserva
Rafael apunta que antes de dedicarse a los juegos se dedicaba a la ciencia: “Soy biólogo y estaba estudiando una maestría. De hecho estuve trabajando en la Biósfera de Tehuacán. Ahí hice mi investigación de maestría de 2009 a 2011 y otras más durante la licenciatura”.
Indica que sus juegos fueron diseñados para divertir: “Pero de paso ayudan a enseñar. Con este estilo europeo, el alemán, queríamos darle un plus con un pequeño contenido para que, a la vez de jugar, también aprendas; que su principal enfoque no sea solo jugar”.
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Cuestionado sobre cómo surgió “El Jardín Botánico de Tehuacán”, responde que mientras realizaban una “conexión de sets”, su hermano le planteó que podrían desarrollar una temática sobre las especies que están en peligro de extinción en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán.
“Mucha gente desconoce que son endémicas. Le propuse que hiciéramos la temática de cactus, agaváceas y de las diferentes familias de plantas que ahí se encuentran. Las integramos en el juego, probamos y funcionó, por ello desarrollamos este tema de la biósfera”.
Recuerda que en un principio deseaban que se llamara Jardín Botánico “Helia Bravo Hollis” —su nombre oficial— pero los integrantes de la comuna rechazaron su petición.
Registro y propiedad intelectual
Rafael narra que cuando quisieron registrar la marca de su empresa en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) les notificaron que no podrían hacerlo porque se relacionaba con la marca Lego, “que ya está asociada en la categoría de juguetes y, al considerarse de la misma categoría, nos prohíben el registro”.
Añade que les dejaron terminar de distribuir el producto con la condición de que cambiaran la marca, así nació Xiba Games:
“Lo asociamos con Xibalbá, que en la mitología maya es el nombre del inframundo”.
Evoca que antes de que surgiera en el mercado llegó a México la marca española Devir, la cual se dedica a adquirir las licencias de los juegos, hacer su versión en español y distribuirlos en los países hispanoparlantes.
“Con esta marca nos empezamos a aliar para hacer crecer nuestro mercado (…) ya vienen nuevos juegos, pero que no salen bajo nuestra marca sino con marcas extranjeras. Ellos van a lanzar en España y Latinoamérica nuestro nuevo juego de arqueología que se llama ‘Moctezuma’, en el cual la idea es invocar a Quetzalcóatl para detener a los conquistadores. A la par, tenemos otros contratos con firmas extranjeras para hacer crecer nuestro catálogo de juegos de mesa, pero ya no como marca sino como diseñadores”.
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Presume que este será el primer juego que lanza una editorial internacional de creadores mexicanos, “y de Latinoamérica será el segundo, porque ya hubo uno de unos colombianos con una marca holandesa”.
Informa que Devir tiene sede en Portugal, Brasil, España y los Estados Unidos:
“Ya dependerá de sus sedes y subsedes si deciden traducirlo. Muchos juegos no tienen texto, pero este caso sí tiene una narrativa (…) hasta el momento está pensado solo para hispanohablantes”.
Escalante García añade que el objetivo es llegar a competir por un Spiel des Jahres, “pero primero necesitamos que la comunidad internacional se dé cuenta de que hay un campo de diseñadores mexicanos”.
mpl