Como una manera de hacer frente al reto de la reinserción social, combatir la reincidencia delictiva y contribuir a la despresurización de los centros de reinserción y social, en el Estado de México se encuentra en operación el modelo de justicia terapéutico que desde 2017 ha incorporado a cerca de 500 personas, de manera voluntaria, a una reconstrucción de vida.
Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) durante 2020, en el Estado de México ingresaron 11 mil 387 personas a algún Centro Penitenciario Estatal; 92.3 por ciento corresponden a hombres y 7.7 a mujeres.
¿Qué es la justicia terapéutica?
Es una modalidad implementada en la entidad mexiquense que, en compañía del Estado y el círculo de apoyo como amigos y familia del detenido, permite la reinserción social de quienes cometen delitos no graves bajo el influjo de alguna droga.
Para enfrentar este reto, las personas primo-delincuentes deben recibir el respaldo de las Secretarías de Seguridad, de Salud y de Justicia y Derechos Humanos, a través del Instituto de la Defensoría Pública (IDP), así como del Poder Judicial (PJEM) y de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
Casos
Un ejemplo de la implementación del referido modelo es Eduardo, quien por su adicción al cristal fue detenido y vinculado a proceso por delitos contra la salud en la modalidad de posesión simple. Debía enfrentar una pena de 10 meses a tres años de prisión, sin embargo, decidió ingresar a este programa integral con los objetivos de superar su adicción, retomar su vida y recuperar a su familia.
“Llegando al Juzgado de Almoloya de Juárez fue donde me hacen mención de si quería aceptar el apoyo del tratamiento, del Tribunal de Tratamiento de Adicciones, es donde con ayuda de la licenciada de oficio me ayuda a aceptarla, reconociendo que puedo tener buenos avances”, compartió Eduardo.
Y añadió:
“Agradecido estoy con ellos porque en ningún momento me dejaron y en vez de dejarme me apoyaron y en vez de verme sentir o yo sentirme caer a lo mejor, ellos me motivaban a no defraudarlos en ningún momento porque no a cualquiera le dan un apoyo así”, manifestó orgulloso por superar su adicción.
Eduardo debe mantenerse bajo la supervisión del Estado por al menos un año posterior a su graduación del Tribunal de Tratamiento de Adicciones (TTA), y se busca convertirlos en ciudadanas y ciudadanos productivos para la sociedad, por lo que además se les entrega una Constancia de No Antecedentes Penales.
“Me siento bien, me siento tranquila, tengo menos angustia, lo seguiré apoyando, lo tengo que apoyar y le pido a él, como su madre, que no vuelva a caer en eso, que todo lo malo se quede atrás y que todo lo bueno salga adelante y que sea un buen hombre, un buen muchacho", agregó la madre de Eduardo.
¿Cómo ser candidato?
Para atender y canalizar a las personas candidatas a este programa es fundamental la participación del personal de la Defensoría Pública, encargado de analizar que el imputado tenga alguna de las siguientes características:
- No tener antecedentes penales.
- Que el delito cometido sea del orden patrimonial o contra la salud.
- Que la pena promedio no rebase los cinco años.
- Que la falta se haya cometido bajo el influjo de alguna droga.
“Es una alternativa diferente que contempla ya la ley, esta justicia terapéutica pues es una excelente opción para que las personas que tienen alguna adicción puedan de fondo solucionar su problema de adicción y su situación jurídica, incluso evitar la reincidencia, esa puerta giratoria que una y otra vez los lleva a enfrentar procesos ante la ley”, afirmó María del Rosario Gómez, defensora pública.
JASJ