El 20 de agosto pasado, un reportero abordó a don Ignacio y a doña Cecilia, camino de la escuela el primer de clases. “Como todos, como todo mundo, los abuelitos le echamos la mano a los hijos”, le explico el abuelo al entrevistador. Ver que se uniformen y se peinen, darles de desayunar, hacerles el lonche y llevarlos y traerlos de la primaria es su labor diaria ante la necesidad que tienen los papás de trabajar.
Para los abuelos asumir tareas de cuidado y crianza de los nietos no es una carga, es ayudar a los hijos. Y la mayoría lo hace sin retribuciones. No hay una estadística oficial que ampare el monto de esta ayuda en los hogares de Jalisco, que de tasarla al costo de los servicios de aseo doméstico, por ejemplo, no alcanzaría a ser pagada por los progenitores.
Esta aportación representa un gran respaldo familiar, en especial para las familias encabezadas por madres solas, y es solo una muestra del apoyo, pues muchos abuelos y abuelas contribuyen también a la economía del hogar, expuso la maestra Irma Fabiola Díaz García, investigadora del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Esto pasa en México, donde todavía priva el respeto por la figura del abuelo y se mantienen estrechos lazos familiares. Sin embargo, este modelo posiblemente no lo disfrutarán futuras generaciones, o al menos no en la misma dimensión.
La doctora Patricia Vargas Becerra, jefa del Departamento de Ciencias de la Salud en el Centro Universitario de Los Altos de la UdeG explica que al envejecimiento poblacional se contraponen fenómenos como la reducción de la tasa de fertilidad, menos hijos por mujer y vivienda con menor espacio para la convivencia en conjunto.
Para abrir la discusión sobre políticas públicas que deben diseñarse en función de todas las aristas que aquí y en la nota adjunta se exponen, la entrevistada propone una pregunta: “¿Quiénes van a ser los adultos mayores del futuro?” E imaginar cuando estos millones que forman hoy el grupo de jóvenes más grande en la historia del país, lleguen en veinte o treinta años a la tercera edad.
SRN