Cada año en la Catedral de Puebla, el 1ro de noviembre, los poblanos visitaban la Capilla de las Reliquias o la cripta de los obispos, este año no será así debido a la contingencia sanitaria derivada del covid-19. Por lo que se acataran las indicaciones dadas por las autoridades de salud y gubernamentales, y esta tradición será suspendida este 2020.
Cabe señalar que las reliquias de los santos mártires que se encuentran en el altar de San Miguel, San José y en la capilla de las reliquias no serán apreciadas por locales y turistas.
La Capilla de las Reliquias aloja restos de algunos santos mártires, que de acuerdo a un comunicado de la arquiocésis de puebla " Nos recuerdan el constante llamado que Dios nos hace a la santidad, es decir, a ser felices y a luchar cada día para llegar a vivir esta experiencia ya desde ahora y en plenitud cuando Dios nos llame a su presencia"
Las reliquias que resguarda esta capilla son, de primer grado, partes del cuerpo de los santos, en su mayoría, fragmentos de huesos.
En esta capilla se encuentran reliquias de varios santos mártires de diferentes épocas de la historia de la iglesia; por ejemplo: san Basilio, san Sotero Papa, san Cornelio, santa Catalina de Siena, san Irineo y otros. Cabe destacar que bajo la mesa del altar está una escultura en cera de san Florencio.
También se encuentra la reliquia del Beato Juan de Palafox y Mendoza IX Obispo de Puebla, se trata de un fragmento de hueso colocado en el pecho de una estupenda escultura tallada en madera, elaborada por el imaginero madrileño Antonio José Martínez Rodríguez.
Bajo el altar de san José se encuentra una escultura en cera de san Satrapio, mártir romano de los primeros tiempos del cristianismo, que contiene algunos de sus huesos. Bajo el altar de san Miguel, se encuentra una escultura de san Herculano mártir, y un ánfora que contiene restos de su sangre. También está la lápida correspondiente, hallada en las catacumbas romanas.
2 de noviembre; conmemoración de los fieles difuntos
La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.
Cada 2 de noviembre, los fieles podían visitar la Cripta de los Obispos en la Catedral, para pedir por el eterno descanso de quienes fueron los pastores de la Iglesia en Puebla. La Cripta se encuentra de bajo del ciprés del Altar Mayor, ahí reposan los restos mortales de 13 de los 35 obispos y 7 arzobispos difuntos que han guiado la Iglesia en Puebla.
Fue el beato Juan de Palafox y Mendoza quien ordenó el traslado de los restos de sus predecesores a esta cripta, después de que él mismo reiniciara los trabajos de construcción de la Catedral y la consagrara en 1649.
Entre los obispos sepultados en este lugar se encuentran: Fray Julián Garcés, primer obispo de Puebla (1527-1542), Don Salvador Bienpica y Sotomayor (1790-1802), y los Arzobispos Don Pedro Vera y Zuria (1924-1944) y los hermanos Don José Ignacio (1945-1950), y Don Octaviano Márquez y Toriz (1951-1975) y los restos mortales de Mons. Rosendo Huesca Pacheco, octavo arzobispo de Puebla.
Los restos de los otros obispos se encuentran en diferentes sitios de la Catedral, como el caso de Don Francisco Pablo Vázquez Vizcaino (1831-1847), sepultado a los pies del altar de san José con la leyenda “fieles, rogad por mi, pecador”.
Los restos del venerable Ramón Ibarra y González, primer Arzobispo de Puebla (1902-1904), descansan en la Capilla de Nuestra. Sra de Guadalupe. Algunos obispos no se encuentran sepultados en esta Catedral ya que fueron trasladados en vida a otras sedes episcopales.
En este año no será posible visitar esta cripta por lo que exhorta a todos los fieles a evitar acudir a visitarla, así como también ir a los panteones. De igual forma pueden aprovechar las transmisiones a través de plataformas digitales, que muchas parroquias y movimientos de apostolado realizan en diversos horarios.
AFM