En los meses de abril, mayo y junio, Guadalajara se pinta de un color y un sabor especial; el de Pitaya y es que este jugoso y suculento manjar también es conocido como la fruta del dragón y año con año se puede saborear en las Nueve Esquinas, lugar donde se compra y se vende al por mayor.
La pitaya se da en Jalisco, en tres lugares específicos; Sayula, Amacueca y en el pueblo de Techaluta de Montenegro que es conocido como la cuna de la pitaya y que además le debe a esta práctica su principal fuente económica y cuando comienza el temporal, el padre de Techaluta ofrece una misa por los pitayeros y bendice las camionetas para que les vaya bien durante los dos meses.
Los pitayos son plantas cactáceas muy estables, en cuestión de tamaño, sabor y color, es decir si la primera vez que da pitayas estas son grandes, rojas y dulces, el resto de su vida las dará así, de igual manera si las da pequeñas, blancas y un tanto desabridas así saldrán año con año y desde que se planta un pitayo, no es hasta 10 años después que comienza a dar el fruto.
Se dice que la deliciosa fruta deja de darse una vez que comienza el temporal de lluvias sin embargo es un mito, simplemente coincide que para esas fechas, se acaban.
La venta de pitayas genera trabajo a cortadores, vendedores, peladores y choferes, también hay quienes compran para revender o algunos más para preparar platillos y bebidas con este característico sabor, lo que sí es un hecho es que los tapatíos esperan con ansias esta temporada pues no se pueden resistir a esta colorida fruta.
MC