En México, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el consumo per cápita de miel es aproximadamente 250 gramos al año, cifra muy por debajo del consumo de azúcar que es de 60 kilos anuales.
Para promover el consumo de mieles mexicanas y apoyar a los más de 43 mil apicultores del país, se creó el Consejo Regulador Pro Mieles Mexicanas A.C., para certificar la originalidad de este producto, pues aunque suene extraño también hay “miel adulterada”.
Panorama estatal
El director general de este Consejo, Antonio Miranda Miranda, señaló que en la entidad, principalmente, la apicultura se concentra en la región sur, en municipios como Luvianos, Tejupilco, Sultepec, Almoloya de Alquisiras, así como en la región de los volcanes; adicionalmente, en el municipio de Valle de Bravo existe una asociación de apicultores, con una producción sobresaliente, sobre todo para el turismo que llega a la zona.
Si bien en la región norte de la entidad existen algunos productores, aún no se alcanzan los niveles que ya se tienen en el sur.
Informó que el Estado de México ocupa el lugar 20 a nivel nacional en producción, mientras que el líder es Yucatán. En la entidad se producen aproximadamente 80 toneladas anuales; sin embargo, la apicultura cada día cobra una mayor importancia.
“En el Estado de México la apicultura ha sido relegada, desafortunadamente estamos en un trabajo de reinserción por la importancia que tienen las abejas en el medio ambiente”.
Cucharada por abeja
En el marco del Día Mundial de las Abejas, que se conmemora cada 20 de mayo, explicó un poco más acerca de la producción, pues en la entidad generalmente solo se tiene una cosecha al año.
Refirió que el periodo de vida de una abeja es muy corto, pues ronda entre 40 y 60 días, en ese periodo cada abeja produce solo una cucharadita de miel.
“Su vida es muy productiva, en cuanto a la labor que hacen de recolectar el néctar de las flores y la producción se da porque son muy trabajadoras y en volumen es como logran hacer una producción importante”.
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las y los apicultores, no solo en el Estado de México sino a nivel nacional, es la competencia desleal en forma de “miel adulterada”, que está hecha a base de jarabe de maíz de alta fructuosa.
“Desafortunadamente tenemos el gran problema de la adulteración, y eso es lo que perjudica mucho al apicultor porque denigran la actividad legítima al vender una miel falsa”.
En muchas ocasiones, añadió, este engañoso producto confunde al consumidor, ya que ese jarabe se llega a vender hasta en 60 pesos el litro, mientras que el precio promedio de la miel 100 por ciento pura de abeja ronda entre 180 y 200 pesos. La que proviene de China, dijo, viene con unas trazas de CLAVES polen, y cuando se analiza en el laboratorio en apariencia se observa que ese jarabe es 100 por ciento miel; sin embargo, una vez que se realizan los estudios correspondientes se comprueba que es falsa.
Lanzan certificación
Con el objetivo de brindar una mayor calidad a los consumidores y por ende apoyar a los apicultores mexicanos, se creó este Consejo Regulador Pro Mieles Mexicanas, para garantizar la autenticidad del producto.
Para ello, en la etiqueta de estos productos se podrá distinguir un sello especial, que está avalado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). El objetivo es que a finales de este año se puedan lograr las primeras certificaciones, ya que actualmente en México existen más de 3 mil marcas.
Adicionalmente se impulsará la marca colectiva nacional “Pura Miel”, con su eslogan “La miel auténtica de México”, con el propósito de que el consumidor identifique fácilmente la calidad de esta miel y disfrute de estos productos.
JASJ