Para el investigador y experto en migración, Philippe Stoesslé no es factible el hecho de que una persona detrás de su escritorio decida cuál es el destino migratorio de las personas provenientes de otro país.
En entrevista, refirió que el verdadero tema es la conceptualización que debe tenerse en torno a la Ciudad Santuario que se está construyendo en el municipio de Anáhuac.
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“Esta conceptualización está opuesta a la filosofía de lo que es una ciudad santuario; que es al contrario, una ciudad que reciba, acoge e integre a todas las poblaciones, sin categorizarlas por un estatus migratorio.
“Las personas son humanos, no ganado: quieren elegir su lugar de residencia. Tienen conocidos, familias, amigos... No funciona eso de que un funcionario totalmente ignorante del tema de la movilidad humana diga desde un escritorio donde tienen que ir”, aseveró.
De acuerdo con el experto, las ciudades declaradas como Santuario en Estados Unidos, son las que dicen que no colaborarán en la detección y detención de personas que tengan la situación irregular.
Estas son un lugar donde no se molesta a nadie simplemente por no tener papeles; este término es utilizado en las ciudades americanas que ponen en práctica las políticas que limitarán la colaboración con autoridades migratorias federales.
“No se debe entender como una ciudad-cárcel, como una expulsión de las personas ‘otras’ fuera de ‘nuestra’ ciudad”, detalló.
Puntualizó que esto no tiene que ver con una ciudad alejada en donde se concentre a las personas que no cuenten con papeles.
Por último, el experto finalizó que se trata de dos filosofías opuestas, es decir, la integración contra el rechazo.
De acuerdo con información de la Dirección de Comunicación Social del Gobierno Estatal, la mayor parte de la infraestructura para la Ciudad Santuario en Anáhuac la ha puesto el estado, pese a que es un proyecto entre éste y el Gobierno Federal.