La señora Amelia González y su hermana son de las pocas familias que aún habitan sobre la avenida Madero, en el Centro Histórico de León, una de las calles más concurridas principalmente por jóvenes que buscan divertirse y pasar una noche en los diferentes antros y bares de la zona, sin embargo, el ruido, los conflictos entre personas alcoholizadas y el bullicio que ocurre de miércoles a sábado de todas las semanas, las obligarán a buscar otro lugar para vivir.
Doña Amelia, como la conocen entre sus pocos vecinos, dijo que ella comprende que el sector de bares y restaurantes dejan una derrama económica en la zona y son un atractivo turístico, no obstante, sus propietarios deben buscar la forma de impulsar sus negocios sin generar tanto ruido, casi todos los días de la semana.
“Es un negocio y yo no voy en contra de sus negocios, pero sí alcanza a perjudicar bastante, arriba de mí vive una hermana y ella no duerme desde el miércoles hasta el sábado, son noches completas de día, pero ya me voy a cambiar, tampoco vamos a perjudicar a los de los negocios”, dijo al ser entrevistada por MILENIO en la entrada de su casa.
Pese a las molestias que le causan estos establecimientos, dijo entender que la mayoría cuentan con permisos para operar por lo que no puede hacer nada más que acostumbrarse al ruido.
“Si les dan permiso, uno qué culpa tiene, aunque se les dice y de momento le bajan un poquito, pero al rato ya le vuelven a subir y así se la pasan, por eso lo mejor es irme”, expresó resignada.
La señora Amelia no es la única persona en exponer la situación que se vive en la calle Madero; empleados de dos estacionamientos ubicados por la zona comentaron que sus labores tienen momentos buenos y malos pues casi a diario se topan con personas alcoholizadas que hacen su “show”.
“Pues sí nos beneficia porque hay más gente en la noche, se llena el estacionamiento, pero así como nos ayuda pues también nos perjudica, porque bien seguido se pelan y no les podemos decir nada porque como están alcoholizados, se ponen en un mal plan”, dijo Pamela, trabajadora.
El pasado 17 de agosto, MILENIO informó que autoridades municipales revisaron 29 establecimientos de la calle Madero y en 18 se aplicaron procedimientos por presentar irregularidades como: extintores caducados, falta de señalamientos y problemas en las instalaciones de gas.