El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, llamó a que cada persona trabaje por la paz y por lograr un mejor país; al mismo tiempo, exhortó a la reconciliación personal ante fallas cometidas.
“En este día tan importante para nuestra patria en el que recordamos la Independencia, en la cual, la iglesia tuvo mucha presencia a través de sus sacerdotes, Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Mariano Matamoros y otros más. Pidamos por nuestra patria para que salgamos adelante de esta situación tan difícil que estamos viviendo, la inseguridad, la violencia. Se lo pedimos a nuestra virgen de Guadalupe que nos ha acompañado como pueblo de México por diferentes momentos históricos”, comentó.
Durante la misa dominical en la catedral de Puebla, el líder de la grey católica explicó que este domingo 15 de septiembre, la iglesia católica celebra a la virgen de Dolores, fecha que coincide con los festejos con motivo del aniversario del inicio de la Independencia de México.
“Hoy celebramos la fiesta de nuestra señora de los Dolores. Coincide con nuestras fiestas patrias. La iglesia universal celebra este 15 de septiembre, la fiesta de nuestra señora de los Dolores; además, del viernes de Dolores. El 15 de septiembre siempre celebramos a nuestra madre de los Dolores. Es una imagen que nos llena de compasión, de ternura ver a una dolorosa a los pies de la cruz de Cristo”, explicó.
Ante cientos de fieles católicos, el arzobispo de Puebla hizo oraciones para que el país cuente con un mejor futuro y los mexicanos puedan vivir y desarrollar sus actividades en un clima de paz y tranquilidad.
“Por intersección de la Virgen María en su advocación de nuestra señora de los Dolores, de nuestra señora de Santa María de Guadalupe, la reina de los mexicanos, pidamos por nuestra patria en este día tan significativo para nosotros”, apuntó el arzobispo poblano.
Durante la celebración religiosa en uno de los edificios religiosos más importante de la arquidiócesis de Puebla, Sánchez Espinosa resaltó la importancia de que ante las fallas, las personas puedan alcanzar un cambio en su interior y logren la reconciliación que es necesaria en los tiempos actuales.
“Hoy recordamos la parábola del hijo pródigo. El menor de los dos hijos le dijo a su padre que le diera su parte de la herencia. Aquel hijo se fue y, luego, por necesidad, regresó. Es el momento del cambio, de la conversión, me levantaré y le diré: padre he pecado. El padre salió y lo cubrió de besos y lo abrazó. Le dijo a sus mayordomos traigan el becerro gordo y vamos a hacer una fiesta porque este hijo ha regresado”, explicó.
ARP