Doña Sofía y su familia lo perdieron todo. Muebles, electrodomésticos, ropa y alimentos quedaron flotando tras el desbordamiento del río Tejalpa, cuyas aguas contaminadas irrumpieron en su casa durante la tarde del lunes cuando una tormenta azotó a Zinacantepec.
Ayer cuando el agua entró a su casa y el agua rebasó el metro de altura, prácticamente salieron nadando; jamás se imaginaron estar en esa situación. Hoy, con tristeza, ven como su patrimonio quedó bajo una capa de lodo y son parte de las casi 90 personas afectadas por los estragos de la naturaleza.
No hay que comer, la corriente del río se llevó hasta la última tortilla. Tampoco tienen donde dormir, los colchones húmedos apestan a las aguas residuales del río. "Todo lo de la cocina se llevó; la comida, la estufa, el refrigerador", comentó Doña Sofía.
En la misma calle, Miguel Hidalgo, en San Antonio Acahualco, la señora Victoria Matías llora al ver sus milpas caídas y sus animales muertos. Ella y su esposo, ambos de la tercera edad, también lo perdieron todo.
Sentados afuera de su casa esperan el apoyo de las autoridades, aunque vecinos se han solidarizado y han llevado despensas a los damnificados.
Protección Civil acude
Por su parte, Carlos Alvarado Garduño, coordinador de Protección Civil de Zinacantepec explicó que el fenómeno afectó a los poblados de San Pedro Tejalpa y San Antonio Acahualco, donde entre 15 y 19 viviendas resultaron afectadas y dejó damnificadas a casi 90 personas.
Dos autos fueron arrastrados por la corriente y se registró el desgajamiento en un tramo de una vialidad; sin embargo, a pesar de todo, no hubo personas lesionadas ni fallecidas, sólo daños materiales.
En estos momentos las autoridades municipales y estatales, al igual que vecinos, apoyan para la limpieza de las casas y entrega de víveres, mientras Protección Civil continúa el recuento de los daños.
KVS