Aunque la presa de La Boca parece más un desierto en estos días, seguramente será uno de los destinos que los habitantes del estado tienen en su lista de visitas a realizar durante estas vacaciones de Semana Santa.
Sin embargo, tras un recorrido realizado por la plataforma MILENIO-Multimedios se pudo observar que el embalse luce dos caras muy distintas para recibir a los paseantes.
Por una parte, del lado del malecón la presa luce impecable, con varias personas haciendo limpieza, algunas de ellas de la tercera edad que a paso lento recogen los desechos que dejan los caballos.
Y por otra, una cara sucia por el lado oriente del embalse, por el costado de la carretera que va de Santiago a los municipios de Juárez y Cadereyta.
Aunque por ese lado de La Boca pareciera que todo está inundado de terrenos propiedad privada, en los que sí tiene acceso “la gente de a pie”, abunda la basura, la mala imagen y los olores espantosos.
De tal forma, este medio pudo constatar como, por ejemplo, a la orilla del camino aparecen los montones de basura, en especial de bolsas de frituras, de envases de cerveza, tanto de latas como de plástico, así como de refrescos desechables, pañales y demás.
En una “bajada” a la presa se pudo sufrir de los olores fétidos que provenían del sitio por los animales muertos que tiraron al costado del citado embalse.
Pero lo que destaca más en la falta de atención en ese lado de la presa, es la gran cantidad de llantas tiradas, sobre todo en el área lateral a la cortina de la presa.
En algunas partes de la ladera se detectaron hasta 50 neumáticos amontonados, y a la espera de llegar al agua cuando el nivel de la presa suba.
O con la esperanza de que alguna autoridad envíe personal a realizar limpieza.
En cuanto a las llantas, hay de todos tipos, desde las más pequeñas para rin 13 hasta unas enormes para tráileres o tractores.
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