Luego de algunas de semanas de que se suspendieran las clases en todo el país por el coronavirus para evitar la propagación de contagios entre estudiantes, las madres de familia realizan doble labor, pues en la actualidad hacen actividades académicas y las cotidianas, al señalar que por la contingencia sanitaria no dejan salir a sus hijos a la calle a jugar.
En entrevista para Milenio Puebla, la señora Paola Domínguez señaló que por las mañanas su hijo de 9 años de edad realiza tareas y estudia las lecciones que le asignaron en su escuela.
Asimismo, precisó que una vez que ha cumplido con las actividades académicas, en el transcurso de la tarde repasa las lecciones del catecismo, debido a que se prepara para recibir el sacramento.
La señora Paola indicó que solo le permite una hora para los videos juegos y televisión, al indicar, que por la noche realizan actividades como juegos de mesa con el objetivo de que quede cansado para que duerma a buena hora.
“No lo dejo salir a jugar a la calle en días normales y ahora menos con la pandemia, todas las actividades las llevamos a cabo adentro o en el jardín de la casa, las dinámicas no las cambiamos solo se cambió el lugar”, aseguró la entrevistada.
A su vez, la señora Claudia Ramírez declaró que en estos días de cuarentena la actividad es más complicada y “pesada”, pues las tareas fueron demasiadas, al comentar que se vuelve un poco más difícil debido a que está divorciada y a cargo de su hijo de 8 años de edad.
“Yo trabajo y por mi actividad laboral me permite tenerlo conmigo, por ello tienen horarios para realizar sus tareas y actividades para que no se desespere, trabajo más, a nosotras también nos afecta la pandemia, pero no cambio nada, pues ser madre es lo mejor que me pudo suceder”, expresó la madre de familia.
También coincidió en que no permite que salga a la calle a realizar actividades físicas o tener contacto con otros niños, debido a que sigue las recomendaciones sanitarias de las autoridades para evitar cualquier tipo de contagios por el virus.
Asimismo, a las niñas Romina y Yarley, quienes son gemelas de 9 años de edad, tampoco les permiten salir a la calle a convivir con otros niños de su edad, para evitar los contagios, por ello les compraron una pequeña piscina para que puedan nadar y divertirse con actividades físicas, que no pongan en riesgo su salud y vida.
Por su parte, Claudia, quien es maestra de universidad, señaló que este tipo de esquema de trabajo es más absorbente, debido a que destina más horas, toda vez que las clases son en línea, además tiene que realizar la función de maestra de su hijo y realizar acciones de casa.
mpl