Aunque muchos pensarían que una sola persona no puede hacer un gran cambio por el planeta, Virginia Muñoz tiene otra visión, ella sale constantemente a limpiar la presa Cerro Prieto y otros parajes de Nuevo León, pues desde niña le inculcaron el cuidado de la tierra y el respeto por el agua.
La maestra, quien es vecina del municipio de Linares, cerca del Acueducto, cuenta en exclusiva a la plataforma MILENIO-Multimedios cómo ella ha buscado crear esa conciencia en sus estudiantes y en la sociedad en general, pues dice, son pocos los interesados en proteger el medio ambiente.
“Mis padres eran agricultores, entonces ellos nos enseñaron el cuidado a la tierra y el respeto al agua. El respeto a la tierra y el amor al agua, porque es una bendición, la bendición más grande que puede haber”, dijo, al tiempo que sacaba basura que se acumula por montones en las orillas del río.
Ella comenzó como voluntaria en 1980 y luego con sus alumnos de diversas instituciones organizó campañas de limpieza en las que incluyó ríos, canales, plazas y hasta calles para retribuirle algo a la naturaleza.
“La presa llena, llena de agua, gracias a Dios, gracias a la naturaleza, pero también vemos que está llena de basura. Seguimos viendo muy poca respuesta de la comunidad en estas campañas de protección al medio ambiente”, lamenta.
Aunque su salud la limita su intervención en defensa del medio ambiente, confía en que en algún momento la gente comenzará a poner atención y a poner la basura en su lugar.