A los 23 años de edad, recién egresada de la licenciatura en educación preescolar del Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE), la maestra Violeta Mora Tlacuahuac, comenzó su proyecto de vida, emprender en una escuela particular, al lado de su entonces novio y también docente en Educación Física, Miguel Ángel Pérez, quien años después se convirtió en su esposo y maestro del Jardín de Niños “El Universo de Snoopy”
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Fue en 1994 que este sueño se hizo realidad y la institución fue asentada inicialmente en un departamento de la Unidad Habitacional Cuatro Caminos en el municipio de Cuautlancingo. En entrevista para MULTIMEDIOS Puebla, la maestra poblana afirmó que fueron muchas manos las que contribuyeron, tales como la aportación de sus padres: Ángel Mora López, Dolores Tlacuahuac Romero y sus suegros Cruz Sampedro Portillo y Esteban Pérez Pérez.
“Él y nuestras familias me ayudaron a cumplir ese sueño, gracias a su apoyo económico, moral, por parte de sus papás, así como de los míos, ambos cumplimos ese sueño que durante más de 14 años lo administramos nosotros”, dijo la docente.
La necesidad y falta de oportunidades para estudiar, le impidieron ingresar al nivel preescolar, lo que se volvió un anhelo cuando era niña, al ver los colores, figuras y material que había en los salones de clases.
"En mi infancia no tuve la oportunidad de cursar el nivel preescolar, ya que para empezar no era obligatorio como ahora, pero también por motivos económicos por la familia, no tuve esa fortuna para mí, de niña siempre me imaginaba ver las aulas llenas de colores, decoradas, bonitas, con materiales novedosos que en casa no los teníamos y eso para mí fue una ilusión el saber qué había dentro de una aula y yo me prometí que estaría adentro de una aula, pero como docente", dijo la entrevistada.
Luego de casi 15 años de juegos, campeonatos deportivos, actividades recreativas, festivales, exámenes y un sin fin de emociones, decidieron apostar por obtener una plaza en la Secretaría de Educación Pública (SEP), y dejar de administrar la institución, sin embargo, hasta la fecha sigue formando a niñas y niños.
Actualmente, cumplió 30 años de servicio como maestra, en los que a su decir, su mayor pago es ver a los niños felices, que aprendan jugando.
AAC