En Jalisco los embarazos de madres primerizas que rebasan los 40 años de edad son todavía poco frecuentes, pero la realidad es que van en aumento.
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Para el doctor Javier Torres, especialista en medicina materno-fetal de la Secretaría de Salud de Jalisco, esto está íntimamente relacionado con el desarrollo que actualmente tiene las mujeres en terrenos que van más allá del deseo de convertirse en madres. En el estado cada vez hay más mujeres que deciden tener hijos después de los 35 o los 40 años.“La formación académica y el desempeño laboral. En distintos ámbitos de la sociedad esta es una presencia cada vez más alta de mujeres, lo que ha hecho que posterguen el deseo y el cumplimiento de la maternidad. Una vez que logran desarrollarse personalmente, profesionalmente y económicamente es cuando buscan la maternidad como una opción para completar su vida”, describió el médico.
Lo anterior hace que la mujer que se convierta en madre por primera vez cuente con cierta estabilidad económica y psicosocial que no tenía cuando rondaba los 20 años. Sin embargo, en la cuestión biológica, la maternidad en edades tardías conlleva riesgos y complicaciones no solo para la mamá sino para el bebé.
En México, la frecuencia de enfermedades crónicas como la obesidad, el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión es elevada. Además, estos padecimientos comienzan a presentarse justo en la cuarta década de vida, tanto en hombres como en mujeres: “Conforme más edad se tiene mayor porcentaje hay de enfermos y, en las mujeres, las enfermedad hipertensiva es un factor importante, puesto que algunas ya la van a manifestar antes del embarazo, habrá un porcentaje que viva el embarazo con hipertensión. El embarazo puede ser que sea el factor que detone la enfermedad como la hipertensión y la diabetes”.
Para el bebé, que la madre tenga más de 35 o 40 años aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad cromosómica como el Síndrome de Down. También la tasa de malformaciones es más alta. El funcionario señaló que una de cada 10 en mujeres que se embarazan entre los 40 y los 45 años tienen un hijo con Síndrome de Down. También puede haber desnutrición en el bebé, lo que lo pone en desventaja para su desarrollo.
El deseo tardío
En el pasado, las abuelas eran expertas en todos los asuntos de la maternidad: en parir hijos, en las funciones femeninas tienen que ver con la primera regla, con el deseo de engendrar una criatura, quedar embarazada, el parto y hasta convertirse en abuelas, de una forma muy natural. Hoy pareciera que las circunstancias se complican más.
Para la psicoanalista Elena Zarazúa, las razones para postergar la maternidad que tienen que ver con el desarrollo personal, podrían estar aparejadas con situaciones de dificultad de identificación con la propia madre, pero no necesariamente.
Si la mujer tiene más de 40 años y tiene pareja, empezarán a planear juntos, comenzarán a buscar la atención médica y la valoración: “Si esta mujer ha conservado una buena salud durante estos 40 años de vida, su cuerpo está listo, está en óptimo estado para albergar una criatura y ella, emocionalmente, está en las mejores condiciones que a los 18.
“Tendríamos que pensar que toda maternidad lleva procesos psíquicos muy complejos, sea una maternidad dada de manera muy natural, con su pareja, o por métodos de asistencia. Toda maternidad es compleja. Por un lado puede haber mucha algarabía, mucha dicha, mucha emoción, pero al mismo tiempo puede albergar en el interior de esta mujer un temor muy grande, un miedo a repetir cosas que ella vivió a su vez desde niña, miedo a equivocarse como a lo mejor siente que su mamá se habrá equivocado con ella”, explicó la en maternidad.
“A estas cosas me refiero. Tendrían que ver estas dificultades en la maternidad con dificultades de identificación con la propia madre (...) Si fue la madre biológica o la madre sustituta o la madre biológica falleció o la abandonó o no pudo hacerse cargo por equis motivo, usualmente hay alguien que se hace cargo de las niñas y los niños. Siempre hay alguien que está ahí y cuando no está una persona está una institución”, agregó.
Zarazúa señaló que toda maternidad lleva sentimientos contradictorios. Hay un deseo de tener un bebé y un no deseo. Hay miedo de repetir esos patrones que estableció la mujer en su primera relación, que fue con la figura materna.“Cuando la relación ha sido muy conflictiva, cuando esta criatura ha recibido frustración de más, hay carencias que son tan primitivas, fallas en esa función materna.
“Cuando eso se fractura, esas primeras vivencias, pues puede venir una parte fuerte, una parte que se pone en conflicto”.
SRN