El Zócalo de Puebla, se convirtió en un campo de enfrentamiento entre las integrantes de colectivos femenistas y elementos de la corporación de Reacción Operativa Contra Asaltos (ROCA), de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en el marco del Día Internacional de la Mujer. Los elementos agredieron a las protestantes con el polvo de los extintores, mangueras de agua a presión, pintura y presuntamente hasta gas lacrimógeno en frente del Palacio Municipal, mismo que se encontraba blindado.
Como si de una guerra se tratara, había mujeres en el suelo intentando retirar cualquier residuo de estos gases y polvos que principalmente afectaron su visión y garganta al inhalarlos, entre el grupo de más de 20 mujeres, se encontraban reporteras y fotógrafas de medios locales, quienes fueron censuradas en su labor periodística.
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Al menos 30 minutos, duro la confrontación entre dichos grupos, en los que con estas prácticas las feministas eran alejadas de las estructuras metálicas mediante estas acciones abanderada por más de 60 policías ubicados en este edificio gubernamental.
Posteriormente, los elementos de la SSC, intentaron detener al periodista Israel Cerezo, por presuntos señalamientos de daños al patrimonio, sin embargo, al saber que era reportero, procedieron a dejarlo libre. Esta no fue la única detención que no fue efectuada, ya que, más de 23 elementos policíacos de forma violenta intentaron detener a Michelle Romero, de 23 años de edad, a quien aseguraron en la plancha del zócalo y se la llevaron con lujo de violencia hasta las 2 Oriente, para después dejarla en libertad, al lugar llegaron elementos de Protección Civil para atender a la manifestante.
Al ser cuestionado por Multimedios Puebla, el director de Protección Civil, Gilberto González Labastida, aseguró que no tenían conocimiento de este hecho y solo atendieron a la mujer, quien no podía respirar.
La administración municipal, detalló a través de un comunicado que detuvieron a dos hombres quienes pretendían desestabilizar la marcha.
En el zócalo de la ciudad, la fuente de San Miguel, sus monumentos y el Palacio Municipal, fueron protegidos con placas metálicas para evitar que se realizara iconoclasia. Sin embargo, la marea morada, dejó su marca con pintura, grafiti y pancartas que fueron pegadas en estos muros.
Charcos de pintura, agua estancada, carteles en el suelo y mujeres violentadas, fue el saldo de dichas movilizaciones que se llevaron a cabo en las calles del Centro Histórico de Puebla.
AAC