Con la aprobación del uso lúdico la mariguana no debe verse como una droga aislada de la problemática del consumo de sustancias narcóticas, porque en el país hay 10 millones de jóvenes en riesgo de probar esta droga: “es un tema de salud, en donde las políticas públicas tienen que orientarse a la prevención con información científica”, afirmó Fernanda Rivera, presidenta del Patronato del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Naucalpan.
Expuso que al igual que el tabaco y el alcohol, el consumo de mariguana es un riesgo aunque sean drogas legales, porque los jóvenes tendrán más acceso a comprar y aunque se catalogue como uno de los estimulantes menos dañinos, a la larga provoca daños cerebrales y trastornos emocionales.
Incluso hay quienes combinan la marihuana con otras drogas como el alcohol para experimentar nuevas sensaciones, pero también aumenta el riesgo de desarrollar problemas relacionados con el deterioro motor, así como conducta violenta.
Señaló que investigaciones de la Universidad de Pensilvania revelan que quienes consumen alcohol y mariguana de manera simultánea tienen un mayor riesgo de consumir más cantidad de estas sustancias y con mayor frecuencia.
Fernanda Rivera comentó que hay varios aspectos técnicos que no han sido discutidos como regular el uso de cannabis, “se va a comercializar y habrá ingresos para productores y autoridades, pero también se requiere presupuesto para las organizaciones que dan tratamientos para las adicciones”.
Consideró recomendable que en los planes de estudios de las escuelas, así como se hizo con el bullying, se incluya enseñanza de la prevención del uso de la mariguana, así como de los daños que puede ocasionar en el organismo.
Opinó que la disposición aprobada por diputados representa la gran posibilidad de la industria de lucrar a costa de la salud de las personas e insistió que habría que cuestionar a quienes buscan minimizar la percepción de los riesgos ¿si han tenido algún caso cercano de una persona con un problema serio de adicción?
KVS