“J” ya vivía con su esposa en Estados Unidos, pero, lo deportaron a su país, El Salvador. En el lugar trató de vivir, pero, la violencia lo marcó de muchas formas. Pandillas en su país le quitaron sus propiedades, lo amenazaron de muerte y tuvo que salir de inmediato de su terruño. Pensó en alcanzar a su familia en Estados Unidos, pero, la vida le cambió. Ya nunca pudo volver. Hoy, a sus 55 años no solo perdió la pierna izquierda, sino a toda su familia.
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“Tuve el accidente en Casa Blanca, Veracruz, cerca de Orizaba. Tomamos un tren indebido, agarramos un tren de pipas de petróleo, me quedé dormido y me caí. Estuve casi un año hospitalizado en México. Este pie me lo cortó también, traigo muslo de platina con placas”, dice sobre su pierna derecha.
En El Salvador “hay mucho vandalismo, muchas pandillas, está la pandilla MS, la 18, la Mao Mao, la Mirada, bueno, infinidades, Escuadrón de la Muerte, Grupos de Exterminio. No puedes trabajar, si tienes trabajo te están cobrando renta, si tienes negocio van y te evalúan tu negocio y según el valor del mismo, más o menos te cobran; el grupo Exterminio no valora, no tiene distinción para nada, si te acusaron de algo, seas o no ellos te matan. Los que atacan, los que te andan matando son los hombres”, relató.
Señala que a él lo amenazaron de muerte, le exigieron que se fuera para siempre o lo matarían. Así lo hizo. “No queremos que vuelvas a este lugar nunca, si regresas ya sabes qué es lo que te toca, te vamos a matar”. Colgué. De inmediato saqué el chip de mi teléfono, lo quebré y lo voté. Tomé un camión y me fui a la frontera con Guatemala, ahí me junté con una caravana y cruzamos para México. Ahí nos dijeron que nos iban a dar ayudar para poder tener un permiso para no venir sin papeles, no arriesgar nuestra vida. Gracias a Dios me está saliendo todo bien. Ahorita he tomado la decisión de que quiero quedarme aquí en México ya que arregle mis papeles encontrar un trabajo para sobrevivir”, aseguró.
“Sí me gustaría saber de mis hijos, tengo 20 años que no sé nada de ellos. Como tuve este accidente ya no los frecuenté. Ya mis hijos ya están grandes. Como ya no regresé a EU no pude saber de ellos”, confiesa quien ha recibido atención de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR).
A los mexicanos les diría que “México es un país muy lindo donde puedo ver la paz, ver compartir el ser humano con el otro, el respeto, el amor, todo eso existe aquí, lo cual en mi país no existe”, lamenta.
“Así como ha hecho el Presidente que nos ha brindado muchas ayudas, sigan brindando lo que puedan, que verdaderamente estamos necesitados de ella. Me siento agradecido con el pueblo mexicano. A su Presidente le di las gracias de parte de los salvadoreños, le hice un mensaje donde le decía: Nos sentimos orgullosos de ti porque nos has apoyado, nos has dado mucha ayuda cuando verdaderamente nosotros la necesitamos. Nosotros estamos contigo, hoy, mañana y siempre. Nunca vamos a olvidar este noble gesto que has hecho por nosotros”.
MC