No están todos, solo 16 locatarios ocupan los lugares del mercado temporal de pescados y mariscos “La Puntilla” ubicado en el bordo de protección lado sur, muy cerca de donde originalmente hacían sus ventas y en donde la semana pasada inició la demolición del añejo edificio por parte del ayuntamiento de Tampico, encargado de modernizar el icónico lugar.
A la vista, antes de llegar al espacio color blanco creado con postes y láminas de acero, se percibe el olor característico del mercado; todos los oferentes trabajan en lo suyo, se percibe buena vibra, alegría, pero también preocupación pues a pesar de tener cinco días en el lugar, no están todos los locatarios.
Antonio Gutiérrez, se dedica a la venta de filete y ceviche, él afirma que afortunadamente los clientes lo siguen buscando y van hasta su local. “Muchos de nuestros clientes ya saben que estamos de este lado, aquí vienen y a otros los seguimos esperando aquí, también tenemos productos en el mercado Ávila Camacho”.
Unos pasos adelante se escucha el golpeteo de un cuchillo sobre una tabla de picar, es Pancho quien está preparando postas de jurel “hasta ahorita va bien la venta, hay poco trabajo pero tenemos pocos días de habernos instalado aquí, esperamos que poco a poco vaya aumentando un poquito la afluencia de gente”, mientras sigue “posteando”, afirma que esperar valdrá la pena por unos nuevos mercados “hay que esperarnos un poquito por los problemas que ha habido por los que no se quieren salir de ahí, eso está retrasando la construcción del nuevo mercado”.
Antonio Martínez tiene 27 años laborando en la venta de pescado, “filetea” con esmero, con esperanza en el lugar que le tocó “ahorita estamos batallando un poquito porque no hay mucho trabajo, hoy la venta está baja, solo he vendido un pescadito”.
Mientras el recorrido continúa entre los pasillos, siguen apareciendo personajes que han dedicado su vida a las labores con pescados y mariscos como el señor Guadalupe, mejor conocido como “Melele”, quien pasa el cuchillo sobre una trucha para obtener filete “Tengo 60 años trabajando aquí en la puntilla. Hace muchos años nosotros vendíamos del otro lado de la vía (del tren), después brincamos de este lado”, tener un nuevo mercado, dice que hay que esperar y se quiere tener mayores ventas “pero hay qué esperar, como todo, hay buenas y hay malas, verdes y maduras. Yo llegué aquí ganando seis pesos, desde las seis de la mañana a las cuatro de la tarde; me gusta mi trabajo”.
En “La Puntilla”, hay optimismo con el cambio, así comenta Servando Pérez, uno de los fundadores “yo llegué en 1972, tenía 15 años cuando llegué a trabajar. Nos gusta nuestro trabajo y hoy estábamos esperando desde hace mucho tiempo que nos ayudaran para hacer un nuevo mercado, ya llegó la oportunidad, nada más que otros compañeros, como trabajan fuera del mercado, en la calle y si hacen los mercados nuevos los van a jalar hacia adentro y pues no se quieren salir porque salen perjudicados”, afirma.
Minerva Juárez, es también socia fundadora… hay algo que le preocupa “nosotros, todos aquí somos una familia, y me da tristeza porque todos mis compañeros de la asociación, y por qué ahora que, ya estamos hasta para irnos porque ya estamos grandes salen con sus cosas. Nosotros queremos un mercado nuevo, yo invito a esos compañeros a que reflexionen pues esto es un cambio para bien de todos y de ellos mismos”, culminó.
SJHN