La pandemia frena su travesía, migrante de Honduras a Estados Unidos

INM paralizado, mientras que casas de asistencia a migrantes dan la lucha para no dejarlos en desamparo

Luis Octavio Borjas Cano. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Atitalaquia /

Luis Octavio Borjas Cano, un mecánico de 66 años de edad, salió hace cuatro meses de San Pedro Sula en Honduras para dirigirse a la ciudad Mission en Texas, Estados Unidos, en donde tiene una familia y un hogar que dejó para ver a su padre, un ingeniero industrial que construía aserraderos en el país centroamericano, y quien se encontraba en su lecho de muerte.

Cuando llegó a su natal San Pedro Sula ya habían sepultado a su padre; apenas se quedó una semana en Honduras y tomó camino de vuelta hacia el país gobernado por Donald Trump, pero la contingencia sanitaria por la pandemia obstaculizó su avance.

A pie ha evadido las fronteras cerradas. Ya aquí en México también vio frenado su avance; en Tenosique, Tabasco por ejemplo pasó un periodo de cuarentena en un albergue, lo cual truncó por varias semanas su andar, el cual ha realizado a través de cerros y de brechas.

En el camino fue asaltado por hombres armados, vio personalmente como en el tramo ferroviario Orizaba-Veracruz los policías gubernamentales se forman a lado del ferrocarril para apedrear a los migrantes; viaja con dos pesos en la bolsa, vive de la bondad de los mexicanos, quienes en tanto enfrentan la contingencia sanitaria.

Dice ser maestro de mecánica en una escuela de Nueva York. Afuera de la casa de atención al migrante El Samaritano, situada en Bojay, municipio de Atitalaquia, relata que tiene una vida hecha en Estados Unidos, pero se ha complicado su trayecto para llegar a su casa, y poder seguirla.

Confiesa que también busca refugio en México por la situación de violencia que se vive en su país de origen; carga consigo un papel tramitado ante la Comisión Nacional de Ayuda a los Refugiados (Comar), dependencia que por el momento tiene cerradas las oficinas y suspendidos los procesos, como el que promueve el hombre.

Pide limosna para sobrevivir, y en albergues le dan calzado. En el Samaritano comió, recibió unos zapatos, mientras esperaba a algunos de sus compañeros que fueron a un crucero a pedir un peso. Todos los migrantes que logran llegar hasta este punto de la ruta recurren a la caridad de las personas en calles de los municipios de la zona, uno de ellos Tepeji del Río.

Carlos Benítez Olivares, el secretario de Seguridad Pública en esa demarcación admite que reciben muchas quejas de la ciudadanía por la "mendicidad" a la que recurren las personas migrantes. No obstante, dice, su corporación respeta los derechos humanos y la legislación en materia de migración. Sus policías, explica, sólo pueden intervenir si las personas migrantes cometen un ilícito.


En el caso en dónde se realiza la detención, los migrantes son puestos a disposición del conciliador municipal, quien pide que se notifique al Instituto Nacional de Migración (INM), aunque por la contingencia está operando al mínimo dicha dependencia federal.

El mando policial recuerda que recientemente se registró la muerte de un migrante hondureño en las galeras municipales, presuntamente por broncoaspiración. Refiere que el hombre fue detenido por alterar el orden público, no había algún familiar para notificarle sobre su aseguramiento. Añade que el estado de salud estaba disminuido y eso causó su fallecimiento. Por los hechos se inició una queja de oficio en la visitaduría regional Tepeji, de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH).

Adriana Angélica Martínez Olguín, visitadora, dice que por ser un hecho grave la queja se inició de oficio, por lo que ahora debe desahogarse un proceso, y “si es que se logra integrar el expediente y acreditamos esto (muerte por broncoaspiración) pues se archiva, sino la comisión se pronunciaría al respecto”.

La visitaduría está al pendiente del tema migrante, y asegura que por ejemplo durante esta pandemia se les debe otorgar servicios de salud en México, aun cuando su paso sea sin documentos. En caso de que esto no suceda la visitaduría puede intervenir e iniciar el proceso correspondiente.


Apoyo asistencial a migrantes en Hidalgo

El INM paró actividades, liberó centros de detención; las casas de atención a migrantes de la iglesia católica y de la sociedad civil mantienen la lucha por la defensa de esta población flotante.

Aunque un gran número de albergues y casas de atención en el país han cerrado por la contingencia, algunas se mantienen en pie, asistiendo. Una de ellas, El Samaritano, en la comunidad Bojay, en Atitalaquia. Atendida por hermanas de la congregación de los Sagrados Corazones.

El centro ofrece servicio de alimentos de 9 de la mañana a 2 de la tarde; no permite pernoctar durante la noche pues no hay infraestructura para garantizar su seguridad de los migrantes. Sin embargo están al pendiente de los que llegan a pasar; esta semana apenas lo hicieron 30 personas.

Voluntarios de Telmex acuden cada jueves con alimentos para apoyar a la casa; una mujer, de una tortillería de Tula de Allende a diario les lleva tortillas gratis; el voluntariado de las parroquias y de escuelas privadas sin embargo no ha acudido durante la pandemia.

A la casa de atención la jurisdicción sanitaria les ha ofrecido su apoyo, ha capacitado al personal que se encarga de la casa, para las medidas preventivas a aplicar al momento de estar en contacto con migrantes, para protección de ambos.


La federación también está al pendiente, y hace unos días un funcionario de Gobernación acudió para ofrecer a la casa el apoyo en caso de que se detecte un caso sospechoso de SARS-CoV-2, hasta ahora no ha sucedido. En la casa les ofrecen cubrebocas, gel antibacterial, jabón. Sin embargo una ambulancia con cápsula protectora está a disposición de la casa en el momento en que se requiera, les ofreció el funcionario.

María Luisa Silverio Cruz, encargada del centro asistencial El Samaritano señala que junto con otra hermana de congregación y una voluntaria están al pendiente de los migrantes y su salud.

Dice que han llegado a la casa migrantes con un papel que certifica que en Veracruz les practicaron la prueba para detectar SARS-CoV-2 y salieron negativos. Lo anterior pues en algunos lugares se los solicitan.

La emergencia continúa, pero la casa del migrante ya permite, de una persona a la vez, que los viajeros se duchen y luego de comer algo, retomen su camino. La hermana dice que seguirán atendido a los migrantes, esa población que hoy todo tiene en contra, pero que ha encontrado en la noble labor de defensores de migrantes una luz en el camino.

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