La frontera sur del país sigue siendo el referente de una migración abierta, sin restricción alguna y sin control por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Migración.
El río Suchiate, límite natural entre México y Guatemala, sigue siendo el paso libre a cientos de migrantes que a diario ingresan al país, en improvisadas balsas o incluso a nado, lo hacen a todas horas; en una migración hormiga y constante, alentados a que no hay vigilancia por parte de elementos del INM o de cualquier corporación de seguridad del lado mexicano.
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El paso en este afluente es de lo más fácil: diez minutos en las improvisadas balsas y con un pago de 25 pesos por cada uno, cruzan de territorio guatemalteco a Ciudad Hidalgo, en el lado mexicano de Chiapas; hay balseros que abusan y cobran hasta 200 pesos por persona, pero el pago es lo de menos, así lo señaló Carlos Ruiz, migrante venezolano que cruzó alpaís.
"Me dijeron que 200 pesos pero pues no le hace, lo pago, con tal de estar ya en México y comenzar mi travesía no importa, la verdad yo me imaginé que vería soldados o los agente de la migración así cuidando y no hay nada, nadie nos molestó y así que estoy entrando con el pie derecho”, apuntó.
Se estima que cada día por el río Suchiate unos 300 migrantes cruzan diariamente, pero desde hace siete días, protección civil municipal informó que el flujo de extranjeros se triplicó y calculan que entre mil a mil 200 migrantes están ingresando a diario por este zona, la mayoría son cubanos, haitianos, venezolanos, colombianos y de países africanos quienes han incrementado su presencia.
Al ingresar a esta frontera sur, los migrantes buscan llegar a Tapachula; lo hacen en transporte público que cobra 35 a 70 pesos o caminando un día entero los 38 kilómetros qué hay de distancia entre el Suchiate y la ciudad fronteriza.
Ya en Tapachula comienza la crisis, en los últimos diez días se estima que 40 mil migrantes han arrojado y han estado varados esperando ser atendido por Comar o el Inami, esto se suma a los 100 que se cree estén desde hace dos meses esperando el trámite migratorio.
En los últimos días, cubanos y venezolanos han protestado a las afueras de las oficinas del instituto nacional de migración ubicadas en fraccionamiento Las Vegas, en Tapachula, Chiapas.
Más de tres mil migrantes se encuentran a la afueras de estas instalaciones y un grupo de ellos manifestaron que la lentitud de los trámites ante autoridades migratorias o en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) son demasiado lentos y burocráticos lo que les mantiene varados en la frontera sur del país, sin poder avanzar al norte en busca de llegar a Estados Unidos, pues la mayoría de los extranjeros señalan que el objetivo no es quedarse en México sino tratar de llegar a Estados Unidos.
De igual forma, las oficinas de la Comar ubicada en el fraccionamiento Laureles 2, amanecieron el viernes pasado abarrotadas, unos cuatro mil migrantes entre cubanos, venezolanos, colombianos, haitianos y de países africanos permanecen afuera del lugar y en los alrededores en espera de obtener el documento de residencia temporal para poder seguir con los trámites de regularización migratoria.
Personal de la Comar informó que ante la falta de espacio y capacidad de atención, las oficinas serán reubicadas esta semana a las instalaciones del parque ecológico de Tapachula en donde se garantiza mayor espacio y condiciones dignas para la atención a este fenómeno migratorio.
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HCM