Por algunos bulevares de la ciudad se puede apreciar una notable cantidad de gente indocumentada que pide dinero en las calles o venden algún producto para obtener el sustento de cada día.
José Andrés Morales, proveniente de Guatemala, quien compartió un poco sobre su historia en este duro recorrido que ha realizado a lo largo de dos meses y medio.
Señaló que las mayores dificultades las viven en el camino, pues son semanas de traslado en las que se enfrentan a los cambios climáticos, peligros en el tren pero sobre todo a robos y asaltos de grupos delictivos que rodean las vías del tren.
"Cuando venimos en el tren uno se encuentra con muchos robos y asaltantes, es lo que más hay, es en donde sufrimos más en el camino, ya aquí está todo bien, más tranquilo", dijo José Andrés.
El migrante indicó que se siente agradecido con el apoyo que alguna gente les brinda pues su situación no es sencilla y muchas veces también les toca vivir discriminación por parte de los ciudadanos o las autoridades.
Sin embargo dijo que en distintas ocasiones se le ha tratado como si fuera un delincuente a él o a sus compañeros, cuando su única intención es obtener un apoyo extra para llegar a su destino más rápido.
Indicó que la Casa del Migrante los apoya y les ofrece techo para dormir y algunas otras atenciones para su cuidado básico, lo que es de mucha ayuda pues no deben dormir en la calle.
"Dormimos en la Casa del Migrante y lo que nos dan de dinero sale nada más para comer, porque ahí si nos apoyan pero somos muchos y pues tenemos que buscar para salir adelante, más apoyo, mi intención es llegar al norte y ya ahí pues establecernos", señaló.
José Andrés expresó que son varios compañeros los que se encuentran en la Casa del Migrante y que la mayoría tienen la intención de continuar con su camino hacia el norte, sin embargo deben ir lento debido a los riesgos a los que se enfrentan en este recorrido.