Los migrantes que pasan por México y, en particular, por estados como Puebla, en su camino hacia Estados Unidos, están padeciendo un aumento de políticas violentas y draconianas que violan sus derechos humanos.
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Guillermo Yrizar Barbosa, investigador en Asuntos Migratorios en el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que en medio de las agresiones, el recorrido de la Antorcha Guadalupana es un llamado a la defensa de las personas en movilidad que buscan mejorar sus condiciones de vida.
“Vincula familias de una manera simbólica ante políticas violentas, draconianas que separan, digamos, de las posibilidades de integración y, sobre todo, que promueve la defensa de los derechos humanos de todas las personas migrantes y a sus familias”, expresó.
Actualmente, los transmigrantes que pasan por rutas mexicanas están expuestos a violencia racial y deshumanizante; además, se presentan violaciones graves a los derechos humanos por carecer de una identificación.
El investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita resaltó la importancia de denunciar los graves atropellos que sufren las y los migrantes centroamericanos en su intento de cruzar a Estados Unidos.
Lamentó que tanto en México como en Estados Unidos y en Centroamérica, los abusos hacia los migrantes están en aumento en tiempos de la pandemia de la covid-19 y luego de las diferentes dificultades que enfrenta la sociedad.
Añadió que, contra los migrantes, en América, existe una máquina de deportación, es decir, una compleja herramienta sociopolítica de control que ha funcionado para excluir y separar personas, familias y comunidades, en beneficio de unos cuantos y en perjuicio de millones.
“La larga historia de expulsión de inmigrantes de Estados Unido es, también una larga y obscura historia de la vergonzosa cooperación o colusión de México en el maltrato y la violación a derechos humanos de personas migrantes en Norteamérica”, resaltó.
Ante esta máquina de deportación y expulsión, los migrantes viven en medio de la vulnerabilidad, es decir, una ausencia o disminución del poder de quienes están en movilidad y de sus familias, frente al estado y a la sociedad; así como un deterioro de la calidad de vida.
El investigador de la Ibero Puebla expresó que los migrantes están experimentando múltiples formas de violaciones, es decir, formas de violencia en el ejercicio del poder público y social que colocan a los migrantes y sus familias en un estado de vulnerabilidad, lamentó el investigador.
“Las políticas migratorias fracturan día con día comunidades específicas, atentan contra la dignidad humana de las personas, que atentan contra la dignidad de trabajadores y de trabajadoras honestas a través de múltiples barreras”, apuntó.
Expresó que mientras Estados Unidos lucha contra su pasado racista y xenófobo, el migrante está en la lucha constante por sobrevivir entre la seguridad nacional y la seguridad humana. “La vida y el sustento de los migrantes cuelgan en el equilibrio”, expresó el especialista.
CHM