"Mis vecinos están muertos, mis vecinos están ahí enterrados, yo hubiera estado ahí, si hubiera estado en mi casa hubiera estado muerta y enterrada", son las palabras que Eustacia Ángel se repite todo el tiempo desde el viernes 10 de septiembre, cuando se enteró que un deslave había destruido su patrimonio.
Originaria de Oaxaca, Eustacia y sus dos hijos, David y Marco Óscar, llevan consigo solamente la ropa que traen puesta y una bicicleta que pudieron rescatar de los escombros.
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"Hace 15 días yo reporté que se estaban cayendo pedazos de piedra, hablé al 911, me dijeron que me comunicara con Protección Civil y ni caso me hicieron. Me dijeron que cuando se cayera otra piedra les hablara", comento la mujer.
A las 06:00 de la mañana del viernes, una piedra cayó en el patio cerca de donde estaba Eustacia, en ese momento decidió abandonar la casa marcada con el número 1 de la manzana 206, que durante 29 años fue su hogar.
Ahora, ella y su familia tienen que dormir en el albergue habilitado en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de la colonia Lázaro Cárdenas, muy cerca del lugar del siniestro, en espera de que las autoridades del ayuntamiento de Tlalnepantla de Baz les digan dónde serán reubicados.
"Me dieron por muerta, no estoy muerta, yo estoy viva, para que se entere mi familia también que estoy viva", concluyó.
FS