Misa crismal en Puebla será con reducido número de sacerdotes

Ante la pandemia, por segundo año consecutivo se cancela la tradicional ceremonia del lavatorio de pies.

Vista de la catedral angelopolitana. (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

La llamada misa crismal del martes santo en Puebla en la que el arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, realiza la consagración más de 70 litros del Santo Crisma y la bendición de los santos óleos, es decir, de los aceites que se ocupan en los momentos más importantes de la Iglesia Católica, se realizará con una reducida, pero “significativa” presencia de sacerdotes.

De acuerdo con una carta enviada por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa; el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino; el obispo de Tehuacán, Gonzalo Alonso Calzada Guerrero, y la arquidiócesis de Huajuapan de León Oaxaca, a los sacerdotes y laicos de la provincia Angelopolitana, ante la pandemia del covid-19, se cancela, por segundo año, la tradicional ceremonia del lavatorio de pies y todas las actividades que impliquen una alta concentración de personas.

A más de un año de haberse confirmado el primer caso de covid-19 en México y el deceso de su primera víctima, el 18 de marzo de 2020, los obispos de la Provincia Angelopolitana, integrada por las Diócesis de Puebla, Tlaxcala, Tehuacán y Huajuapan de León, Oaxaca, llamaron a que las misas y actos religiosos correspondientes a Domingo de Ramos y Semana Santa se realicen con menos de 30 por ciento de aforo.

Para el domingo de Ramos, día en que se conmemora la Entrada de Jesús a Jerusalén, se establece que la celebración deberá llevarse a cabo en el interior de los templos y la tradicional procesión se realizará con algunos ministros; mientras que la bendición se realizará desde la puerta de ingreso y los fieles deberán permanecer en sus lugares y con sus ramos y palmas.

La consagración del “myron” o “Santo Crisma” que en Puebla se realiza el martes santo, se programa con la participación “significativa” de algunos pastores, ministros y fieles, a fin de distribuirlo en días posteriores, ya sea en la Catedral o en el lugar que el obispo designe, respetando los aforos de 30 por ciento.

“Según lo acostumbrado en cada diócesis, en cuanto a la renovación de las promesas sacerdotales, éstas podrán llevarse a cabo según el criterio de cada obispo en fecha, lugar y modo que se designe”, destaca el documento.

Para el Jueves Santo, los obispos solicitan que los sacerdotes celebren la Misa de la Cena del Señor en sus parroquias; mientras que el gesto del lavatorio de los pies, por su carácter facultativo, se omite.

“El Santísimo Sacramento se reservará en el Sagrario, como de costumbre; no se llevará a cabo la procesión para su traslado. En cuanto a los que se vieron impedidos de participar de forma presencial o virtual, se les invita a celebrar el Oficio Divino en la Hora de Vísperas desde sus casas”, destaca el documento.

Para el viernes santo, no se realizarán procesiones y se deberán incluir en la Oración Universal las siguientes intenciones: por el fin de la pandemia, por la salud de los enfermos y por el eterno descanso de quienes han muerto a causa de esta enfermedad.

“En el gesto de la adoración de la cruz (ad oris) se omite el beso; se cambia por un momento de adoración en silencio o entonando algunos cantos penitenciales”, detalla el documento.

De la misma forma, se pide a los sacerdotes que las celebraciones litúrgicas virtuales, durante el tiempo de la contingencia sanitaria, sean en un lugar adecuado y no previamente grabadas, sino en tiempo real, previa notificación de la hora de inicio para quienes se unan desde sus propias casas.

“Las celebraciones litúrgicas presenciales siguen los protocolos sanitarios y decretos, según la autoridad local: uso obligatorio de cubrebocas y gel antibacterial, sana distancia y el aforo permitido del 30 por ciento; deberán, además, respetar el recibir la sagrada comunión en la mano y hacer el gesto del saludo de la paz sin contacto físico”, destaca el documento.

mpl

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