En los criterios de evaluación mundial, como el Global Innovation Index (GII), México no destaca en ciencia, innovación y tecnología. Para contribuir a cambiar este escenario, la BUAP implementa un modelo de internacionalización de la investigación basado en la evaluación y entrega de resultados de grupos científicos de alto nivel, cuyo trabajo esté orientado a la innovación y transferencia de tecnología para impactar en el crecimiento económico.
La titular de la Dirección General de Internacionalización de la Investigación de la BUAP, líder de este proyecto, Judith Percino Zacarías, subrayó que “la sinergia entre educación, ciencia, tecnología e innovación podrá acercarnos a una sociedad en la que muchos problemas sociales, como la desigualdad y el combate a la pobreza, serán enfrentados eficientemente”.
Para ello, México debe impulsar políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación, cuyos resultados sean competitividad y desarrollo económico, ya que los criterios actuales de evaluación no son pertinentes para impactar en tales áreas, coincidieron los investigadores de la BUAP Judith Percino Zacarías, Humberto Salazar Ibargüen, David Pinto Avendaño, Alejandro Palma Castro y Jorge Juárez Posadas, integrantes del Comité de Internacionalización de la Investigación.
En esta tarea, precisó Percino Zacarías, es imprescindible considerar criterios de evaluación mundial para que el país pueda enfrentar escenarios de competencia, incertidumbre y cambios constantes. El trabajo científico, abundó, debe impactar a nivel local, nacional e internacional, considerando las carreras científicas de alto nivel con criterios del modelo europeo, a partir del cual la BUAP hoy busca establecer un nuevo paradigma.
Nuevas políticas públicas, mayor inversión para el desarrollo
La Universidad no puede ser ajena a los nuevos retos que exige la llamada sociedad del conocimiento. La ciencia representa así una ventana de oportunidades para posicionar al país en un esquema competitivo que se construya con innovación. La BUAP, atenta a este enfoque, ha creado un nuevo Modelo de Internacionalización de la Investigación, sustentado en evaluación y entrega de resultados de grupos de investigación de alto impacto.
Si se busca un desarrollo económico importante, suficiente para resolver las necesidades sociales, es de suma importancia una mayor inversión en ciencia y tecnología, pues lo que detona una economía es el valor agregado a las cosas, no las materias primas en sí, refirió el doctor Humberto Salazar Ibargüen.
En la opinión de la doctora Judith Percino, México debe entrar en la etapa de generar tecnología propia e iniciar un verdadero desarrollo económico. “Si se está haciendo ciencia de frontera, es decir, de nuevo conocimiento, seguramente va a impactar en innovación. Sin embargo, se tienen que visualizar las políticas a corto y mediano plazo y analizar si vamos bien”.
El Sistema Nacional de Investigadores fue creado en 1984, para promover el trabajo de las personas dedicadas a la producción del conocimiento científico y tecnológico. Desde esa fecha, la necesidad de implementar nuevos esquemas que impulsen la producción cualitativa, pero sobre todo resultados en el ámbito científico, representa una urgencia.
Para el investigador del área de Física de Altas Energías, Humberto Salazar Ibargüen, el sistema de entrega de recursos o estímulos a investigadores necesita una revisión muy profunda, enfocada en atender las diferencias que hay en la ciencia. “Lo ideal es que se busquen otros mecanismos para promover o estimular la investigación científica, de acuerdo con el área y su producción, atendiendo los tiempos y los resultados”.
En concordancia con esta idea, David Pinto Avendaño, quien también se desempeña como titular de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo), se pronunció a favor de establecer estrategias a corto y mediano plazo y sectorizar las áreas de desarrollo tecnológico, las cuales presentan variaciones en sus tiempos para encontrar resultados.
Por su parte, el doctor Jorge Juárez Posadas, investigador del Centro de Química del ICUAP, señaló la conveniencia de una planeación adecuada y de modificar la enseñanza, de primaria a bachillerato, para facilitar que los jóvenes se inclinen por áreas científicas y tecnológicas, que son las que van a detonar el desarrollo del país.
Modelos de comercialización
La ciencia es importante porque genera economía, afirmó la doctora Percino Zacarías, al mencionar que este Modelo BUAP contempla resultados con impacto real, los cuales incluso pueden dar pie a modelos de negocio como las spin off, empresas impulsadas por investigadores que ofrecen sus servicios a partir del conocimiento adquirido, la práctica y los resultados obtenidos bajo el amparo de la Universidad.
“Con el apoyo del Rector Alfonso Esparza, afortunadamente la BUAP le apuesta a esto. Por eso confiamos en que con un nuevo modelo e inversión los resultados sean muy claros. Realmente las spin off salen de las universidades y eso es darle un giro a la investigación, a lo que hacemos, por eso el grupo tiene que ser maduro: hay que cumplir con el trabajo científico, pero también con las tareas de esta empresa amparada por la universidad”.
Los beneficios que un grupo de investigación tiene al comercializar conocimiento son grandes: “dejamos de ser consumidores de tecnología para ser productores, y cuando esto sucede podemos estar en la visión del mundo y posicionarnos”, consideró Pinto Avendaño, quien añadió que a estos factores hay que sumar los beneficios académicos, pues los estudiantes participan en proyectos que no son simulaciones o experimentos, sino que es el mundo real.
“Somos 13 grupos que fueron seleccionados para este modelo, en virtud de su madurez en términos de su investigación, pero con una visión hacia la generación de un grupo de alta reputación al interior y exterior de la Universidad. Es decir, nacional e internacional, que permita consolidar los aspectos de investigación, y también el retorno de inversión generado por la misma Universidad hacia el interior de los grupos”, expresó.
Relevo generacional para replicar esta nueva cultura
Una de las preocupaciones que aqueja al sector académico es el relevo generacional que permita la incorporación de nuevos talentos científicos que generen nuevas líneas de investigación que abonen a los resultados alcanzados.
Sin duda, la calidad formativa de nuevos perfiles es un punto relevante, como lo es la inversión en infraestructura dentro de la institución. Para atender esta inquietud, el doctor Jorge Juárez Posadas ha invertido parte de su tiempo como investigador a la gestión para adquirir equipos de vanguardia. La intención es que con estas tecnologías de punta los investigadores proyecten sus desarrollos, pero también los estudiantes consoliden su formación.
“Esos equipos van a quedar para los jóvenes que están ingresando actualmente a las licenciaturas, para que tengan la formación adecuada que les permita ser competitivos frente a gente que tiene formación en el extranjero”.
Otra de las propuestas de los integrantes del Modelo de Internacionalización de la Investigación es la generación de nuevos esquemas de inversión que permitan multiplicar programas como las Cátedra Conacyt, que facilita que jóvenes investigadores puedan continuar su formación.
BUAP, universidad con rumbo
“Actualmente, la BUAP es de las pocas instituciones que ha redireccionado de manera adecuada los recursos, como ejemplo tenemos el Ecocampus o el propio Laboratorio Nacional de Supercómputo del Sureste de México (LNS). Confiamos en que los buenos proyectos generan trabajo de calidad, incluso los estudiantes que entran al LNS tienen que tener cierto perfil, eso es desarrollo”, refirió Judith Percino, fundadora del Laboratorio de Polímeros.
En este sentido, Salazar Ibargüen planteó que todas estas experiencias han permitido un crecimiento, porque la Universidad tiene la visión de invertir en lo que cree y no esperar a los programas nacionales. “El LNS está en la BUAP gracias a que la Universidad invirtió para ganar un concurso nacional, algo que no hicieron otras instituciones, esa misma apuesta se puede hacer en el modelo de internacionalización”.
Con esta nueva forma de visualizar la investigación, la BUAP construye una dinámica diferente que atiende los requerimientos sociales, económicos y científicos que demanda una sociedad globalizada. Este modelo, que también es interdisciplinario, podrá posicionar a corto y mediano plazo la ciencia que se genera en la Máxima Casa de Estudios de Puebla, para funcionar como un referente para replicarse en otras instituciones y que de manera conjunta sirva para impulsar el crecimiento del país a partir de la innovación y el desarrollo tecnológico.
MITM