• Modificaciones corporales: el tribalismo del arte corporal en estudio de la Zona Rosa

Lenguas bífidas, escarificaciones al rojo vivo, lóbulos distendidos y otros procedimientos forman parte de un movimiento que se resiste a los estereotipos de belleza hegemónicos.

Anel Tello
Ciudad de México /

Es junio de 2021. Iggy, un hombre de poco más de 50 años, jubilado, y de origen ruso camina por los pasillos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ante la mirada atónita de espectadores a quienes les llama la atención su rostro tatuado, dos cuernos que sobresalen de su frente y los múltiples piercings que lo adornan.

A diferencia de sus compañeros de vuelo que buscan visitar una paradisiaca playa o realizar un viaje de negocios, Iggy llegó a tierra azteca con un único motivo: cortar por la mitad 14 de los 15 músculos que componen la estructura anatómica de su lengua. Un viaje espiritual en la India le bastó para entender que, mucho antes de que la ideología nazi se adueñara de la esvástica, antiguas civilizaciones de Asia la consideraron como un símbolo sagrado, sinónimo de fortuna y bienestar.

El hombre de origen ruso y ascendencia jordana se concibe a sí mismo como un coleccionista de arte corporal | Cortesía: Nathanael Santiago

Llevarla para siempre consigo era su deseo. Iggy llegó al lugar indicado, un país en donde el “arte corporal” lucha por preservarse, sin mayor preocupación que la de estar en las manos adecuadas. El hombre de origen ruso pasó alrededor de tres horas en un estudio donde no sólo bifurcó su lengua sino que también se colocó tres figuras de silicón bajo la piel de su pecho, brazo y mano. Incluyendo una con la esvástica.

La esvástica es un símbolo sagrado para el hinduismo, el budismo, el jainismo y el odinismo | Cortesía: Nathanael Santiago

Los primeros hombres que habitaron la Tierra adoptaron la modificación corporal como una costumbre por razones naturales, religiosas o sociales. Los egipcios utilizaban los tatuajes o el maquillaje como medio de protección a los malos espíritus; en los pueblos africanos se realizaban cortes superficiales en la piel 
conocidos como escarificaciones durante rituales o con fines estéticos y de identidad tribal. En México, antes de la Conquista en 1492, miembros de distintas culturas también recurrieron a la alteración morfológica.

Quinientos años después dicha práctica se mantiene viva en un estudio que abre sus puertas en medio del bullicio de la Zona Rosa en la capital del país.

En el número 108 de la calle Hamburgo, donde las ‘sexshops’ y el ruido de los bares componen el ambiente, Nathanael Santiago 
mejor conocido en el gremio como Psychodermia hace realidad las modificaciones corporales más delirantes. El joven de 33 años cuyo rostro resalta al llevar piercings, una escarificación, implantes microdermales y dos expansiones en los lóbulos de sus orejas, se describe a sí mismo como un body piercer o modificador corporal.

'Psychodermia' es un artista corporal con más de una década de experiencia | Foto: Lizeth Hernández

Nunca imaginó que dedicaría su vida –más de 15 años– a un oficio que implica intervenir la apariencia física de decenas de personas que visitan su estudio. Sin embargo y por azares del destino, su trayectoria inició durante su adolescencia en un estudio de tatuajes donde trabajaba como volantero o ayudante general.

Años de aprendizaje más tarde, Nathanael logró abrir su propio estudio en la Ciudad de México donde recibe a clientes cuyas peticiones suelen salir de lo “socialmente aceptado”. Partirse la lengua en dos, colocarse figuras de silicón por debajo de la piel o realizarse diseños a través de incisiones, son algunas de las alteraciones morfológicas que el joven artista realiza en un pequeño cuarto cuya similitud con un quirófano es perceptible a través de un ventanal de cristal.

Dichos procedimientos, que podrían considerarse aberrantes, forman parte del movimiento de los ‘primitivos modernos’, una corriente en la cual no sólo se evocan a las costumbres de viejas civilizaciones sino que también se concibe el cuerpo humano como un medio para expresar ideologías, sentimientos, construir identidad y conectarse en un plano más profundo con su propio origen.

Un vistazo al pasado del arte corporal

Entre los mexicas, Xochipilli fue engendrado por la pareja divina formada por el dios del Sol y la diosa de la Tierra | INAH

El aire invernal corre mientras cruzo por el corredor de Génova en el corazón de la Zona Rosa en la Ciudad de México. Camino a prisa para conocer a Nathanael Santiago en su estudio cuya entrada es vigilada por una figura de aproximadamente 50 centímetros tallada en piedra de Xochipilli, el dios de las flores, la fertilidad, la nobleza, la poesía y el canto en la cultura mexica. Además de las flores que adornan su cuerpo, sobresalen de su rostro los lóbulos distendidos de ambas orejas, una modificación similar a la que lleva su propietario.

El body piercer comienza por explicar que su trabajo forma parte de un conglomerado de prácticas que se engloban en el concepto del arte corporal. En este tipo de arte, el cuerpo se convierte en lienzo y los modificadores corporales en los artistas de aquella idea que se desea transmitir.

“El arte corporal conlleva tribalismo, mucha cultura, prácticamente te puedes enriquecer de muchos lugares [...], no sólo se habla en una etapa física, también la mente se transforma, el pensamiento viaja, va más allá de lo estético”, describe Nathanael Santiago su trabajo en entrevista con DOMINGA, mientras nos guía por su espacio de trabajo, el interior de Ammonite Studio.
En las representaciones del cuerpo hechas por culturas del occidente de México se distinguen alteraciones morfológicas | INAH

Su declaración se vincula con los estudios que la antropóloga Josefina Bautista Martínez realizó sobre los habitantes del México prehispánico, donde alterarse el cuerpo se convirtió en una costumbre difundida. La pintura corporal y el uso de adornos fueron los primeros medios que el hombre puso en práctica con el fin de modificar o cambiar su apariencia. Luego se sumaron alteraciones que iban desde las escarificaciones, los tatuajes, la distención del lóbulo de la oreja o los labios y hasta la deformación de la cabeza o el limado e incrustación dentaria.

Bautista Martínez puntualiza en sus estudios realizados dentro del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, que las causas de las alteraciones fueron varias. Si bien en un inicio era considerado ornamental, también se les relacionó con festividades, ciclos agrícolas o contra condiciones climáticas.

Cuando los acaxees de Durango y Sinaloa volvían vencedores de la guerra traían consigo la cabeza de algún rival y en la fiesta que preparaban para celebrar se agujereaban el labio inferior y pasaban por el orificio un hueso de aproximadamente cuatro centímetros de largo.

La deformación cefálica fue una de las más comunes en la cultura maya | INAH

Los grupos del Golfo de México se perforaban las orejas para colocar adornos de madera o metal, mientras que en Tenochtitlán a los guerreros se les agujereaba el tabique de la nariz y se pasaba por él un manojito de plumas con joyas de oro. En la cultura maya, a los recién nacidos se les realizaba la deformación cefálica. Utilizaban tablillas que apretaban el colodrillo y la frente. Sin importar el sexo, la cabeza de niños y niñas era alterada por razones que navegan entre lo ornamental, “embellecimiento”, jerarquía social, distinción o para lucir más feroces en la guerra.

Las alteraciones morfológicas fueron múltiples y multifuncionales para las culturas prehispánicas, empero, tal y como la autora lo menciona en la revista Estudios Mesoamericanos, cada una de las manipulaciones siempre tuvo un por qué y un para qué. Desde entonces el hombre ha utilizado su cuerpo con el fin de guardar y revelar sus ideas y creencias sobre el mundo.

El auge de la escuela de los ‘primitivos modernos’

De vuelta al presente, donde las selva ahora es de asfalto y los medios y las redes dictan los conceptos hegemónicos de lo que debe considerarse “belleza”, las modificaciones corporales resisten en Ammonite Studio.

La apariencia excéntrica de los clientes a los que Nathanael Santiago ha modificado contrasta con el ambiente apacible que permea el tercer piso del edificio donde ubicó su estudio. Los destellos de la joyería que ofrece rápidamente atraen la mirada hacia las vitrinas donde la exhibe. De las paredes cuelgan ilustraciones que evocan a culturas prehispánicas de México pero también al tradicionalismo japonés.

Por cada rincón plantas de distintas especies y tamaños recuerdan la conexión que el body piercer procura guardar con la naturaleza, un vínculo que forma parte de su ideología y de una corriente de pensamiento que comenzó a crecer en los últimos cuarenta años: los ‘primitivos modernos’.

“Los primitivos modernos somos todos aquellos que estamos adaptando el tribalismo de las viejas culturas en nosotros y de que eso trascienda. Es una conexión con el origen. El origen son muchas cosas, no sólo el nacer, es entender el por qué de la vida, el por qué de las razas, el por qué del significado de la presencia del ser”, reflexiona Nathanael Santiago en entrevista con DOMINGA.
La filosofía de Fakir Musafar de utilizar el cuerpo para explorar la espiritualidad moldeó la manera en que la gente veía el arte corporal. Las modificaciones figuraron como herramientas para la expresión personal y el crecimiento espiritual | Lesv at Eng

Las modificaciones corporales han existido desde el inicio de los tiempos, no obstante, fue a finales de los años setenta cuando un hombre estadounidense, Fakir Musafar, se convirtió en el pionero y fundador del primitivismo moderno. Sueños de vidas pasadas y la fascinación de Musafar por los rituales tribales lo llevaron a retomar y perfeccionar antiguas prácticas de modificación corporal entre las cuales destacaron el tatuaje, perforaciones o escarificaciones. Con dicho movimiento también llegó la primera escuela de body piercing en el mundo.

Con los primitivos modernos las personas que se sometían a alteraciones morfológicas dejaron de ser vistos como fenómenos, estaban forjando su identidad a través del tribalismo y una conexión espiritual tal y como Iggy lo planeó en el momento de arribar a Ammonite Studio en junio de 2021.

Las modificaciones corporales implican una resignificación del dolor

La lengua bífida o bifurcación tiene similitud con la lengua de algunos reptiles | Cortesía: Instagram / @psychodermia

Para el body piercer Nathaniel Santiago las modificaciones corporales van desde colocarse brackets hasta usar un corset que enmarque una cintura, empero, los procedimientos que realiza en su estudio van más allá de lo convencional, construyen identidades y expresan ideología a través de escarificaciones, bifurcaciones de lengua, implantes subdérmicos, distensión de diversas partes del cuerpo, tatuajes y perforaciones cuyo costo mínimo es de 500 pesos y el máximo depende de los materiales que utilice o el nivel de extravagancia del procedimiento.

Por ejemplo, en el caso de los implantes subdérmicos, cada esfera de silicón que el modificador corporal coloca en los genitales masculinos tiene un costo de cinco mil pesos. Dependiendo de la exigencia de su cliente, el precio aumenta. Para Nathanael su trabajo es una forma de representar rasgos étnicos, del origen y con lo que cada persona se identifica. La diferencia entre cualquier otro tipo de alteración corporal, como las cirugías plásticas, radica en la intención con la que son realizadas.

“Si no hay un propósito no hay intención, entonces nunca va a existir ese sentimiento que revele esa euforia. Si […] haces algo con esa emoción, ese dolor tiene que transmutar a algo diferente, lo canaliza la mente”, dice.

En ese sentido, destaca que procedimientos como las escarificaciones, pueden verse como una forma de resignificar el dolor. En su propia experiencia cuenta que cuando realizó la de su rostro comprendió la diferencia entre una sensación física y una aflicción emocional.

Transmutar un dolor emocional a través de uno físico es otra de las motivaciones que hay detrás de las modificaciones corporales. Una intención a la que el mismo Nathanael asegura recurrir a través de suspensiones corporales, un procedimiento en el que la piel del cuerpo humano es atravesada por ganchos que a su vez son manejados por un sistema de poleas.

La sensación extrema y profunda de ese tipo de modificación se liga a rituales espirituales en donde el dolor es el medio a través del cual se busca transmutar.

Las modificaciones navegan entre las tendencias y la moda

El experto en arte corporal reconoce que el uso de redes sociales y diversos medios de comunicación ha influido para que el movimiento navegue entre las tendencias y la moda. Un claro ejemplo ocurrió en 2021 cuando circuló un video íntimo de Babo, un reconocido rapero mexicano. El cantante principal de Cártel de Santa se sometió a la colocación de una serie de esferas de silicón en los genitales, un detalle que no pasó desapercibido para la opinión pública. El impacto de aquella grabación fue tanto que entre los internautas era común leer comentarios pidiendo información sobre el procedimiento que rápidamente se volvió tendencia.

De pronto los implantes subdérmicos de los genitales pasaron a navegar en el espectro de la moda y la falacia que apunta a que poseerlos aumentará el “potencial sexual” del portador. Aún así Nathanael Santiago reconoce que dicho procedimiento, sumado a las perforaciones en genitales, son los que más suele realizar en su estudio.

La colocación de implantes subdérmicos en los genitales ha cobrado gran popularidad en los últimos años | Cortesía: Instagram / @psychodermia
“Hay que entender que la modificación corporal hoy en día es muy variable. Hay modificaciones estéticas que son funcionales y hay otras que son modificaciones corporales únicamente estéticas”, explica Nathanael Santiago.

Más allá, son distintos los motivos por los cuales las personas se someten a alteraciones morfológicas fuera de lo común, el límite entre lo que es considerado arte y lo que es la mutilación recae en el criterio que el body piercer adopte y practique.

La formación y conocimientos del ‘body piercer’

La formación de los modificadores corporales se compone de múltiples variantes, incluyendo la ética | Cortesía: Psychodermia

El cliente no siempre tiene la razón” es el mantra con el que Nathanael Santiago se guía cada que alguna persona llega a su estudio interesada en alguna modificación corporal. Brindar seguridad y guiar su proceso es prioridad, por lo que en más de una ocasión se ha negado a cumplir peticiones que transgreden su concepto de ética.

A diferencia de otros colegas, el camino que ha recorrido se plasma no sólo en distintos estudios sino también en seminarios, conferencias y múltiples clases que con el paso de los años lo han llevado a perfeccionar su técnica.

“Hay que entender que en esto de la modificación corporal y el body piercing es algo que ha existido desde el principio de los tiempos, sólo que no hay una institución que literalmente te enseñe, te avale o te certifique. Nosotros prácticamente lo que hacemos es educarnos”, dice a DOMINGA.
En Ammonite Studio cumplir con los rquisitos sanitarios es más que fundamental | Fotos: Lizeth Hernández

Para tener su estudio en funcionamiento ha tenido que acatar la normatividad de autoridades, por ejemplo, la 087 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales que indica cómo separar sus residuos; cuáles son peligrosos o infecciosos e, incluso, la cantidad de basura que pueden generar. “Nosotros como artistas corporales debemos contar con nuestro tarjetón de control sanitario de Cofepris, debemos tener vacunas, permisos de usos de suelo, cursos de antisepsia, asepsia, contaminación”, reflexiona.

En el arte corporal convergen conocimientos en anatomía, dermatología, cirugía, anestesiología, manejo de herramientas, asepsia y muchas otras disciplinas que se enseñan a través de seminarios en donde cada modificador compara, aprende y se actualiza. Body piercers de distintas partes del mundo se reúnen en convenciones en donde el objetivo siempre es compartir conocimientos y continuar educándose. Para Nathanael, México es uno de los mejores anfitriones por el amplio bagaje cultural.

Algunas modificaciones corporales ya son reversibles | Cortesía: Psychodermia

Además de los conocimientos técnicos y la normatividad, uno de los pilares fundamentales es el criterio con el que acepta o rechaza realizar algún procedimiento. En el caso del titular de Ammonite Studio, sus principales límites destacan el consentimiento total de sus clientes, que no se vean obligados o presionados por terceras personas para someterse a cualquier tipo de modificación corporal.

Desde perforar los lóbulos de bebés y hasta tatuajes del nombre de parejas o ‘piercings’ en los genitales forman parte de los procedimientos que se ha negado a realizar. Del mismo modo, reconoce la complejidad y el riesgo de una eventual ceguera que conlleva la pigmentación esclerótica –tatuar la parte blanca del ojo– como motivos suficientes para no contemplar dicho procedimiento en sul catálogo. Actualmente algunas de las alteraciones fisiológicas más gráficas como la bifurcación de lengua o los implantes subdérmicos son reversibles.

¿Y la discriminación por las modificaciones corporales?

La discriminación es un factor de riesgo para aquellas personas que deciden someterse a alteraciones morfológicas | Instagram / @psychodermia

Adentrarse al mundo de la modificación corporal es complejo para aquellos cuyo concepto de belleza es inamovible. Si bien al igual que en el México prehispánico, hoy son múltiples los motivos por los cuáles las personas recurren a este tipo de alteraciones fisiológicas, más allá del dolor que les generan, la parte más difícil se centra en una consecuencia adversa: la discriminación.

Nathanael Santiago asegura que sus distensiones de lóbulo, la escarificación de su rostro e incluso las rastas que conforman su cabello han sido motivo suficiente para atraer miradas lascivas por la calle o para que lo detengan para interrogarlo en los aeropuertos cuando viaja fuera del país.

Aún así, el ‘body piercer’ ha encontrado la manera de ignorar las mentes cerradas que, de acuerdo con sus propias declaraciones, prefieren encerrarse en una “esfera de ignorancia” y no conocer nuevos panoramas, cosmovisiones e ideologías. El tema ha escalado tanto en México que incluso instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) se han visto obligadas a pronunciarse al respecto y a emitir recomendaciones para erradicar todo tipo de agresiones en contra de las personas que optan por someterse a alteraciones fisiológicas de este tipo.

Psychodermia reconoce que su arte está destinada a un público cuya consciencia trasciende más allá de los prejuicios| Foto: Lizeth Hernández
“La discriminación por apariencia física es una de las causas más recurrentes dentro de las quejas recibidas por Conapred, porque todavía a muchas personas les cuesta entender, respetar y aceptar que todas las personas somos diferentes [...]. Sabemos que hay voces que se niegan a respetar este derecho con argumentos sostenidos por los prejuicios, estigmas y estereotipos”, mencionó la titular de la institución, Claudia Morales Reza, en el marco del 4to Encuentro Nacional por la No Discriminación de Modificaciones Corporales celebrado en octubre de 2022.

Pese a los esfuerzos de las autoridades, el rechazo a este tipo de prácticas en la sociedad mexicana continúa latente. Por fortuna, personas como Nathanael Santiago y espacios como Ammonite Studio continúan resistiendo y defendiendo su derecho al libre desarrollo de la personalidad. En un mundo donde los algoritmos sesgan pensamientos, este es un acto de resistencia. La resistencia de los ‘primitivos modernos’.

GSC 

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